AMLO: 60 días y no vemos claro

El Gobierno de López Obrador cumple ya 60 días: dos meses de ser responsable de la marcha del país como titular del Poder Ejecutivo; sin embargo, para muchos mexicanos las cosas no se ven claras, para otros, aunque las metas parecen definidas y buenas en cuanto al combate a la corrupción y la impunidad, los modos son los que no convencen y retratan a un presidente aislado, pasando de la perseverancia a la necedad en algunas decisiones y con un gabinete que no hay día en que no enseñe lo novato que es y, en el peor de los casos, con tan pocos argumentos de capacidad que encajan en la frase popular de que “no dan el ancho” para el encargo.
La apuesta que hicieron 30 millones de mexicanos por una esperanza de mejora en seguridad y honestidad encuentra respuestas incompletas y poco alentadoras por cuanto no se aplica la ley, con argumentos cuestionables como el de evitar la represión, que da aplausos pero no respeto al marco legal. Medidas como la cancelación del aeropuerto (con pérdidas de más de 140 mil millones de pesos), ideada para frenar a corruptos y con una respuesta torpe e infantil de Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones, mostró carencias para no hacer política en que salga más caro el caldo que las albóndigas. Hasta el momento no se tiene claridad en cómo se va a dar solución al problema del aeropuerto
Las consultas para decidir asuntos que le competen a López como presidente es otro tema que muestra a un mandatario escudado en la supuesta voluntad popular para realizar acciones que a todas luces ÉL decide. No crea inquietudes lo que decide, sino cómo lo decide.
El de los huachicoleros es otro tema que tiene todo el apoyo ciudadano, pero no en sus modos de combatirlo, porque en el cierre de ductos y la carencia de gasolina para los ciudadanos se sintió como  falta de planeación y en gran parte como improvisación que no habla de un político de altura, y menos de tener a su lado la voz de consejería adecuada. Los 115 muertos en Tlahuelilpan por la explosión de un ducto el viernes 18 de enero se ve como el efecto de una mal planeada lucha contra ladrones de combustible.
Los programas sociales puestos en marcha para apoyar a estudiantes, a personas de la tercera edad y otros, se ven muy clientelares porque no son solución de fondo y significan una sangría fuerte para el país y más hechos para el aplauso y la popularidad que para ir al meollo de los problemas.
La Guardia Nacional es otro proyecto impulsado por el presidente que tiene sus asegunes por la fuerza que toma el Ejército en materia de seguridad. Parece una apuesta en que pierde el Ejército, pero más la ciudadanía, que tiene amargas experiencias en su relación con las fuerzas armadas.
En tanto, las expectativas económicas no se pronostican muy buenas para el país, de acuerdo con calificadoras serias y profesionales; ejemplo de ello es el fortalecimiento de organizaciones como la CNTE, que históricamente se ha distinguido por el abuso y la ineficacia en su responsabilidad de la educación, con acciones reprobables como las ocurridas en Michoacán, donde paraliza la vida comercial y productiva cerrando vías férreas para exigir dinero, como siempre lo hace. Por desgracia, el gobierno de López Obrador, en lugar de aplicar la ley, le dio dinero y de un problema federal pretende sacar las manos y endosarle el problema al gobernador de ese estado.

SU EQUIPO
Poco se ha visto del equipo del presidente, porque quien centraliza todo es él, y porque el gabinete no tiene muchas luces propias ni intervenciones muy buenas. Por la importancia de su quehacer más o menos se conoce a Carlos Urzúa, el titular de Hacienda; a Rocío Nahle, de Energía, traída a los reflectores por el caso de la gasolina y todo lo que respecta a los huachicoleros, asunto que creció con el caso Tlahuelilpan; a Jiménez Espriú, de Comunicaciones, quien adquirió presencia no muy buena por el tema del aeropuerto y por su pobre respuesta a Meade. El caso de la CNTE en Michoacán tampoco le favorece mucho. A Tatiana Clouthier vale la pena observarla, porque para ser de sangre del Peje como que vuela muy libre, sin más compromiso que sus creencias; sin embargo, no se descarta que sea una apuesta de AMLO para futuras jugadas de poder en que la independencia que muestra la llamada “Tía Tatis” tenga mucho que ver. Es cierto que esto apenas comienza, pero más vale prevenir que lamentar. Es cierto que los ciudadanos le mantienen la fe a López Obrador, pero con sus metas -que son aspiraciones generales- crece la desconfianza en los modos, la manera de hacer las cosas.

LOS DIPUTADOS
Tampoco le han ayudado mucho los congresos locales en donde Morena arrasó, como en Hidalgo, donde los legisladores se muestran no como morenistas, sino como sosistas por la dependencia que tienen de su jefe, pues asumen actitudes soberbias y abusivas en hechos y acciones que aterrizan en decisiones arbitrarias, como el manejo del presupuesto que decidieron para su bien y para la Universidad del patrón. No por algo Monreal le exigió a los que ganaron con la camiseta de Morena, es decir a diputados, senadores y alcaldes, no olvidar que “fue Obrador el que nos ayudó a ganar a todos”. Y la gente lo sabe muy bien, porque ahora se quieren marear y piensan que son ellos los de la popularidad”. Razón no le falta, porque ahora tenemos diputados que, pese al tiempo que llevan en el encargo, es hora en que a muy pocos los conocen, pero tienen actitudes de ser ellos los protagonistas de la lucha electoral que los hizo legisladores y lo mismo suben a la tribuna para cantar que para actuar como jueces, más a nombre del patrón que del Congreso, y contrarios al llamado de austeridad se despacharon con la cuchara grande cuando vieron la bolsa de los billetes.

APENAS 60 DÍAS
Es cierto que apenas son 60 días, pero las cosas no se ven bien en las maneras en que se actúa, y la confianza y esperanza que se tuvo en AMLO pierden algo de brillo. Hasta ahora en renglones como el combate a la corrupción, a la inseguridad y a la impunidad, ha sido más discurso que hechos. Veremos cómo siguen los meses que vienen.

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Por: Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.






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SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.