Hidalgo se encuentra bajo la amenaza de una creciente ola de intentos de robos a cajeros automáticos, con al menos cuatro incidentes registrados en las últimas dos semanas en diferentes municipios de la entidad. Los delincuentes han llevado sus acciones al extremo, utilizando incluso explosivos para perpetrar los ataques.
El más reciente de estos incidentes tuvo lugar la noche del martes 20 de febrero, cuando un individuo prendió fuego a un cajero de Banorte en el municipio de Tula, ubicado en la calle Vicente Guerrero. El hecho provocó daños menores en una de las tres dispensadoras de efectivo instaladas del lugar.
En otro suceso, el 19 de febrero, criminales destrozaron un cajero de Banco Azteca en la avenida Juárez, en Tizayuca, para robar efectivo. Las autoridades locales, específicamente la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en colaboración con una empresa del sector privado, lograron frustrar este intento de robo.
En un incidente anterior, el viernes 16 de febrero, en la colonia Bomintzha del municipio de Tula, los delincuentes utilizaron explosivos para abrir un cajero automático. A pesar del intento, no lograron llevarse el dinero.
El 11 de febrero, otro ataque se registró en una sucursal del Banco del Bienestar en Progreso de Obregón, donde los delincuentes, también recurriendo a artefactos detonantes, violentaron el cajero y escaparon en motocicleta.
Desde el año pasado se tiene registro de incidentes similares. El 9 de octubre de 2023, un cajero fue desprendido en una sucursal de Banco Azteca en la colonia Pedregal de Ciudad Sahagún. En este hecho, la unidad que utilizaron los maleantes, así como el dispositivo, fueron abandonados.
Además, en diciembre, las autoridades policiales también alertaron sobre intentos de robo en cajeros automáticos mediante la colocación de trampas, como ocurrió en una sucursal de Avenida Juárez, en Pachuca. Se trató particularmente de dos casos, en los que las personas iban a retirar 200 mil y 9 mil pesos; los atracos no se concretaron.