Los Diablos Rojos tuvieron una complicada primera vuelta en la que, incluso, visitaron el sótano, pero los ajustes realizados por el mánager, Juan Gabriel Castro, los han regresado a los primeros lugares.
Castro no se tentó el corazón para dar de baja a dos de los refuerzos que habían sido anunciados con bombo y platillo: el jonronero Kris Davis y el norteamericano Justin Boeur; luego, trajo al receptor Jesús Sucre, con la esperanza de mejorar su picheo, pero el venezolano no bateó y fue dado de baja.
Castro se convenció de que su verdadero talón de Aquiles era el picheo, y David Huff y Francisco Marte recibieron la ayuda de Jeffrey Nino, Bernardo Flores, Héctor Galván y el japonés Rintaro Hirama.
En el relevo, parecían tener todo solucionado con Roberto Osuna, pero se fue a Japón; el Jumbo Díaz no pudo con el trabajo y lo mandaron a Oaxaca, y acaban de traer a Bruce Rondón como cerrador.
A la ofensiva, el equipo ha funcionado con Juan Carlos Gamboa, en su mejor temporada jonronera; Yaphet Amador, haciendo el trabajo acostumbrado, y los refuerzos Ramón Flores y Moisés Gutiérrez, funcionando tanto a la ofensiva como a la defensiva. Para endurecer su orden al bat, trajeron al dominicano Edwin Espinal y a Michael Wing.
Han quedado a deber Jesús Fabela, lesionado casi todo el año, y el veterano lanzador Arturo López, que no ha recobrado su forma ganadora.
En suma, los Diablos, con unos ajustes, vuelven a ser los protagonistas.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.