Agenda País

Con una buena dosis de desencanto la sociedad mexicana se encuentra en el escepticismo político, de la política y de los políticos.

2018 es nuevamente una fecha presidencial con los malos augurios de que no importa quién gane, el país seguirá en el declive que hemos vivido en todas las dimensiones de preservación humana y social, cuyos índices de desarrollo se encuentran al borde del abismo.

Los liderazgos unipersonales y el posible mesianismo se imponen sobre cualquier otro tipo de conducción política en México; se piensa socialmente que un candidato puede cambiar el rumbo del país y darle el crecimiento económico, el empleo, la seguridad, la vivienda, la salud, la educación y la tan anhelada paz social, sin que ello sea verdad.

Hasta ahora, ni el Pacto por México, ni ninguna iniciativa de reestructuración emprendida por ninguna fuerza política, ha dado resultado; el ciudadano común sabe que no tiene mayor horizonte, que no se generan oportunidades a través de la esfera pública y que su vida depende sólo de él, que el Estado, pese a que tributamos, poco genera a la estabilidad y equilibrio social, y que la apuesta ciudadana es por el egoísmo que preserva desde el núcleo personal y familiar lo poco que se tiene.

La realidad es tan miserable y cruenta que las carreras universitarias no son percibidas como estadios de desarrollo humano y social, sino como “espejismos” hacia el empleo y al enriquecimiento.

La famosa desigualdad y pobreza no son realidades que puedan cambiarse desde las buenas intenciones, la voluntad política o el mesianismo; un país requiere probidad, trabajo de fondo y leyes que redistribuyan la riqueza, de lo contrario el desarrollo humano se convierte, como hasta ahora, en demagogia, gatopardismo y promesa de discurso.

¿Hasta cuándo las fuerzas políticas entenderán que si no se crea en México una Agenda País, única que cumpla los mínimos objetivos de redistribución de la riqueza, seguridad y paz social, nos va a llevar la chingada?

Dejémonos de juegos políticos; en México el debate ideológico es de párvulos, los partidos políticos y las fuerzas políticas lo único que tienen que hacer es respetar la ley y hacerla valer para que el peculado, la corrupción e impunidad dejen su lugar al trabajo honrado y a la probidad, que son el comienzo de la estabilidad de oportunidades. De lo contrario, ese México de los lamentos en el que vivimos se convertirá en la tragedia más inaudita de la que tengamos memoria.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.






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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.