Hablar del parámetro ideológico es ir más allá de la razón científica. En los hechos, ideología y ciencia son caminos opuestos; la ideología política atiende a un sistema de ideas que se afirman en creencias, valores, e inclusive en costumbres políticas que instauran mitos o condiciones no probatorias como verdades absolutas, mientras que la ciencia es probatoria.
En occidente, la ideología política no desvela un sincretismo con la religión, puede estar influida e incluso instrumentada por moral religiosa o valores religiosos, pero no son lo mismo y la creación de los estados laicos es la prueba de ello. Sin embargo, en los países musulmanes no existe una escisión entre ideología política y religión, en los hechos no existe separación entre el credo y la realidad social, por lo que ésta mantiene formas abstractas en torno al credo que guían el proceder de las estructuras institucionales.
Es en este contexto donde se efectúan los análisis sobre lo que occidente llama «la barbarie talibana», donde se yerra de manera contundente al hablar de violaciones a los derechos humanos o admitir un autoritarismo brutal del emirato talibán en Afganistán. Es decir, la arquitectura axiológica de derechos humanos y las estructuras políticas de occidente no pueden pretender que el mundo musulmán se comporte o sea como lo es occidente, son realidades no solo distintas, sino también antípodas.
Dicho de otra forma, los análisis que hoy hablan de violaciones a derechos humanos atraviesan por el convencionalismo de occidente, no del mundo musulmán, donde la realidad debe ser comprendida de manera exegética, es decir, desde la interpretación de su propio contexto.
Nuestra particularidad social, nuestras estructuras políticas, nuestra axiología social, no pueden en modo alguno asumirse como la lógica que debe imperar en el mundo musulmán, esto ya lo hemos visto; debe imperar el respeto internacional y es urgente tender puentes de diálogo con Afganistán, de lo contrario la hostilidad irá en aumento y la incomprensión y el respeto al derecho ajeno pasarán a segundo plano.
De poco o nada sirve la propaganda del establishment de occidente contra los sucesos políticos de Afganistán; es tiempo de que los estados occidentales tracen otro tipo de agendas políticas internacionales respecto de sus intenciones e intereses, de lo contrario, la escalada de violencia no tendrá freno.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.