En plena serie final se dio a conocer la mala noticia del fallecimiento de Obed Plascencia Verdugo, en Hermosillo, Sonora, a los 75 años de edad.
El Gordo de Oro, así era conocido cariñosamente por la fanaticada de los Tigres, de los que fue un referente, ya que jugó 15 temporadas con ellos y solamente estuvo a préstamo en 1977 con los Dorados de Chihuahua.
El nativo de Santa Rosalía tuvo un debut afortunado obteniendo el bicampeonato en 1965 y 1966, jugando la antesala y el jardín izquierdo. Conviene recordar que aún no había bateador designado que hubiera sido la posición ideal para él.
En su primer año jugó 121 partidos, bateando .296 con siete cuadrangulares y 58 producidas. Un año después promedió .268 con cuatro homerunes y 51 producidas. Su mejor temporada fue la de 1978, donde bateó .334 con 4 cuadrangulares y 71 producciones.
De por vida se quedó a tres milésimas de la cifra mágica, acumulando 1,351 hits, con 61 palos de vuelta entera y 692 carreras producidas. Sorprende que un bateador de su peso se las haya ingeniado para robarse 30 bases.
En 1976 tuvo la satisfacción de jugar con su hermano Rigoberto; sin embargo, no fue muy grata experiencia, pues ambos terminaron en la delegación tras una bronca con unos pseudoaficionados.
Tras su retiro como jugador activo en 1979, fue coach de diversos equipos y se le recuerda porque le pegó a su similar de la Lotería Nacional. Descanse en paz este espléndido pelotero que siempre defendió la playera de los Tigres con gran fiereza.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
