Luego de una penosa enfermedad, falleció, a los 71 años de edad, el legendario mánager y jugador Francisco Estrada Soto, mejor conocido como el Paquín, al que solamente un grupo de selectos amigos podía llamarle Petunia, pero nosotros, respetuosamente, le daremos el tratamiento de Don Francisco.
El nativo de Navojoa, donde nació el 2 de diciembre de 1948, forjó una exitosa carrera como mánager, obteniendo tres campeonatos en la Liga Mexicana: con Piratas de Campeche en 1983 y 2004, y con Bravos de León en 1990; siete en la Liga del Pacífico, y dos en la Serie del Caribe, lo que lo coloca en la élite de los manejadores nacionales, al lado de Benjamín el Cananea Reyes.
Muchos olvidan su carrera como pelotero: se inició como receptor con los Diablos Rojos del México, en 1966, y estuvo cinco temporadas con los escarlatas, jugando posteriormente con Puebla, Campeche, Toluca y León.
Acumuló 26 temporadas en el béisbol de verano, promediando un decoroso .275 con 84 cuadrangulares, 2 mil 89 hits y 923 carreras producidas. Su mejor temporada fue con Puebla, en 1979, cuando bateó .323, y seis años estuvo por encima de la cifra mágica.
Su supuesta debilidad con el madero queda en duda, debido a que está considerado como el mejor bateador mexicano, en promedio, en Grandes Ligas. Aunque tuvo una actuación efímera en las Grandes Ligas con los Mets de Nueva York, donde fue parte de un cambio múltiple por Nolan Ryan, bateó un hit en dos oportunidades, para promediar .500.
Tras una operación a corazón abierto, la salud del manejador se deterioró y tuvo que pedir ayuda económica a la Liga del Pacífico.
Descanse en paz este grande del beisbol mexicano.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.