El miércoles se cumplieron 21 meses desde el arranque de obra del puente atirantado que el gobierno de Hidalgo construye como parte del proyecto Supervía Colosio y que significa la última etapa para la inauguración conjunta, sin embargo, la Secretaría de Obras Públicas y Ordenamiento Territorial (SOPOT) informó que hubo un aumento del 20 por ciento en el costo de edificación.
En entrevista para un medio radiofónico local, el titular de la dependencia José Ventura Meneses Arrieta atribuyó lo anterior a la pandemia del coronavirus (Covid-19), aumento de costos de productos como acero y las fuertes lluvias que ha registrado Pachuca, estas últimas también son el origen de la demora, pues la entrega estaba programada para marzo del presente.
En contraste, pero sin dar un día en especial, señaló que ya está cerca la fecha de inauguración, donde aceptó que no fue según lo establecido debido a los factores mencionados arriba; no obstante, aseveró que al ser un proyecto que permitirá el tránsito de 200 mil vehículos diarios se exige que la calidad y ejecución sean supervisados minuciosamente para brindar seguridad a los usuarios.
En recorrido
En recorrido realizado por el puente atirantado de Pachuca, se observó que actualmente los obreros realizan la soldadura y armado de la estructura que sostendrá los titanes para la cinta asfáltica, ello a una altura de 25 metros mediante varias grúas de canastilla que cuelgan además sus aditamentos de trabajo.
Por su parte, la SOPOT informó mediante sus redes sociales que realiza el montaje de placas internas de refuerzo entre los cuatro mástiles, así como la colocación de tirantes; al respecto, añadió a esta mesa de redacción que el avance es del 93 por ciento, lo que significa 3 puntos porcentuales más desde su último reporte en septiembre.
Y pese a que arriba parece haber cambios, aunque lentos, a ras de suelo el tráfico se mantiene igual que desde que comenzó la construcción desde el 13 de enero de 2020 y comparable con los avances de obra: a vuelta de rueda principalmente en las llamadas horas pico que de por sí antes del proyecto en la zona ya era complicado circular.
Asimismo, el panorama no dista mucho desde que es llevada a cabo la edificación: separación de carriles con bloques de plástico, letreros de construcción, material y maquinaria por doquier, aunque en zonas restringidas, y mucha tierra residual que cuando hay viento la lleva incluso hasta el personal suspendido.