Otro de los entronizados para el Salón de la Fama es Isidro Márquez Espinoza, ni más ni menos que el bombero con más rescates en la historia de la Liga Mexicana.
El nacido en Navojoa, el 15 de mayo de 1965, jugó durante 22 temporadas en la liga, con nueve diferentes equipos, con los que acumuló 301 rescates, la máxima cifra en el circuito, con una marca de 97 ganados, 78 perdidos y 3.44 en carreras limpias.
Hay que recordar que no fue sino hasta épocas recientes que se les dio importancia a los cerradores; en la primera época no existía una estadística el respecto.
La mayor cifra de rescates en una temporada del hombre de la bola submarina fue en 1996, con los Tigres, con 30. Fue entonces que el Chilo, como se le conocía familiarmente, se ganó el mote de Doctor Suspenso, debido a los problemas en los que se metía antes de conseguir el tan anhelado rescate.
Recuerdo, por ejemplo, un juego en el Parque del Seguro Social de los Tigres, entonces capitalinos, contra los Rieleros de Aguascalientes, que tenían embasadas las carreras del empate y la diferencia en la novena entrada, cuando una línea al segunda base, el Chapo Vizcarra, se transformó en un triple play.
Ya en el ocaso de su carrera, con los Petroleros de Minatitlán, consiguió la única victoria de los veracruzanos contra los Diablos, atrapando una línea en defensa propia.
Pocos lo recuerdan, pero Isidro se tomó su tacita de té en la Gran Carpa, con los Medias Blancas de Chicago.
Su hijo, también lanzador, tiene un ídolo difícil de igualar.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.