El triunfo del PRI en Tulancingo con Jorge Márquez no es una victoria más para este partido, ya que el escenario del poder está lleno de símbolos. Es un golpe demoledor contra el grupo de Gerardo Sosa, que se puede leer como una parte de final de la novela, pues reafirma el resurgimiento del Revolucionario Institucional con protección para las elecciones que vienen. Asimismo, ratifica que el buen gobierno de Omar Fayad influye en la voluntad ciudadana y que las y los hidalguenses lo ven como un buen líder.
Sin duda, es también un signo de poder para los priistas y de que le cae la noche al grupo de Sosa.
No sólo es que haya ganado el PRI, sino lo que significa…y significa mucho para unos y para otros.
2021 viene difícil
El año que viene, 2021, será un año de verdad difícil, sobre todo por la pandemia, en la economía y en los renglones donde se manifiesta, como son empleo, turismo, campo, seguridad, entre otros.
El gobierno estatal ha sido claro y contundente sobre lo que se avecina; en las comparecencias de los secretarios en el Congreso para glosar el cuarto informe, donde lo mismo José Luis Romo, de Política Pública, que Carlos Muñiz, de Desarrollo Agropecuario y Eduardo Javier Baños, de Turismo, les dijeron a los diputados cómo se vienen las cosas, en qué hará falta planeación bien hecha y mejor ejecutada, y sobre todo trabajo en equipo para poder salir juntos de este año.
Por desgracia, no se nota que los diputados tengan la sensibilidad para ver lo que se avecina, e insisten -no todos- en sus actitudes de protagonismo, en que más que buscar mejorar las cosas, se quieren lucir como grandes opositores y así se dan casos como el de Noemí Zitle, del grupo garza, que quiso lucir su sabiduría con Romo, a quien le dijo que él hablaba con términos de economía, lo que al parecer no le parecía a la exfuncionaria de la UAEH.
Romo tuvo que explicarle lo que es política pública gubernamental, en su sentido globalizador de los esfuerzos gubernamentales para una meta definida, con el mensaje de que el reto del año que viene es muy difícil.
Se puede pensar que para cualquiera, con sentido común, entender que es la hora de empujar juntos y de la unión de esfuerzos para servir a Hidalgo no debe costar mucho si se tiene buena voluntad y responsabilidad.
Pero, aunque no es la actitud de todos los legisladores, no faltaron los que buscaban los reflectores para que se dijera de ellos: “Pero qué valiente, ¿viste cómo puso al funcionario?”, pese a que con todas sus letras les dijeron cómo se vienen las cosas.
Romo no se anduvo por las ramas y les planteó la urgencia de atender la reactivación de la economía, porque los efectos de la pandemia en este renglón ya provocan crisis, que de no atenderse con prontitud, llevaría al estado a seis años para tener el escenario de crecimiento que se tuvo en 2019 y les planteó a los diputados los daños en pobreza y empleo. Y dijo que si la política pública, desde 2016, ha dado resultados, se debe fortalecer e ir por más inversiones.
En el mismo sentido de daños en la economía por la pandemia se manifestaron Eduardo Javier Baños, de Turismo y Carlos Muñiz, de Desarrollo Agropecuario.
Lo menos que se esperaba era que los diputados hablaran de compromisos para sacar adelante a Hidalgo de esta barranca, y hubo quienes así lo hicieron, porque entienden lo que es este momento y lo que será 2021, pero tampoco faltaron los grillos, más empeñados en lucirse como fiscales y voces que condenan, que en aceptar compromisos de unidad razonada, porque las cosas no están para jugar al protagonismo absurdo de voces de fuego mientras se quema el estado.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.