El 18 de octubre se fue; en marcha la elección de 2021

La elección de alcaldes, todavía con lucha en algunos municipios, no tiene retorno porque lo que fue, ya fue, con un resultado que pinta de tricolor al estado por el triunfo inobjetable del PRI y con un Morena fatal, con un resultado que no manifiesta más que lo que este partido representa como organismo sin orden ni disciplina, y el colmo del desastre hasta con deslealtades de algunos morenos, que vendieron su alma al diablo por sus compromisos con otras banderas, o grupos en que eso de su partido no les dice nada.

Pero esta elección, con todo lo que falte por decidir, ya pasó, con todo lo que significaron la pandemia y los hechos de violencia que se presentaron en todos los partidos. Apenas si dará tiempo para poner ofrendas a los difuntos y después tendremos las fiestas de diciembre, pero ya con la agenda de trabajo para la elección que se dará en ocho meses para votar por diputados locales y federales.

No es una elección más porque significa darle a nuestra democracia la posibilidad de equilibrios del poder con un Congreso fuerte, que pueda y deba evitar abusos en el ejercicio de los que mandan.

Y con toda seguridad, los presidentes de los partidos ya trabajan para la gran batalla del primer domingo de junio de 2021, antes de la presidencial. Es de sentido común pensar que la elección de alcaldes fue la previa de la elección fuerte. Por lo mismo, no sería sensato que los que ganaron, como Erika Rodríguez y Julio Valera, del PRI, se echaran a la hamaca; que Héctor Chávez, del PRD, pensara que ya todo está hecho porque son la segunda fuerza política del estado; que Sharon Montiel, la capitana del PESH, cerrara los ojos a lo que viene, o que Morena se pasara el tiempo en lloriqueos sin hacer nada para limpiar a ese partido de acomodaticios y abusivos.

Si cada partido se pone a trabajar, lo más seguro es que en la dirigencia de algunos, como el PRI, se puedan dar relevos porque debe haber opciones de candidatos por el excelente trabajo que hicieron.

Habrá partidos que sólo tengan que mantener el ritmo de trabajo que llevan para lograr la victoria, pero otros tienen que empezar casi de cero por el pésimo papel que hicieron.

Si la más reciente elección tuvo de todo, la que viene será mucho más fuerte, porque en el horizonte tiene la meta de poner orden en el ejercicio del poder nacional.

Ojalá y el resultado sea que nuestro estado tenga una Legislatura con representantes responsables y no como los de cierto grupo, que con tal de servir a su patrón poco les importó lastimar al estado, y en cuanto a los diputados federales que todavía tenemos, son una vergüenza por inútiles e ineptos, y eso que los de Sosa se autocalificaron como “los pensantes” y a la hora buena fueron unos buenos para nada.

Todavía no termina una elección y ya estamos en otra. No se vale dormirse para que no les pase lo que al camarón, que se durmió y amaneció hecho coctel.

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Por: Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.


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SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.