Hablar de la calle es hablar de un espacio común en el que también se ven reflejados asuntos del poder. Un bache, una pinta, una montaña de basura en la esquina de una calle, son expresiones de procesos fallidos que ocurren desde la administración municipal (y en algunos casos en los niveles estatal y federal).
Pachuca es una ciudad de contradicciones que en la última década ha experimentado un crecimiento apabullante. La tasa de crecimiento urbano de la capital de Hidalgo es superior a la media nacional; según datos de ONU Habitat, para 2030 la ciudad tendrá más oferta de vivienda que personas que demanden una casa.
Estas dinámicas pueden generar problemas relacionados con la gestión de la ciudad y la toma de decisiones de las autoridades al respecto de la forma en que se plantean los proyectos de vivienda. Hace unas semanas, el Comité para la Conservación y Preservación del Centro Histórico de Pachuca publicó en sus redes sociales un posicionamiento acerca de algunas acciones que ponen en riesgo el patrimonio industrial de la ciudad en pos de implementar un proyecto para la construcción de un complejo habitacional en un predio de la colonia Maestranza, y está en juego la arquitectura de un predio registrado en el catálogo del INAH por su valor histórico.
Diversas reacciones se han generado a raíz de estas decisiones e incluso algunos colectivos han apoyado el posicionamiento del Comité para defender el patrimonio histórico de la ciudad. Las autoridades no dicen mucho, la ciudadanía tampoco se moviliza de otras formas que no sean opinar en Facebook u otras plataformas, por lo que sólo queda pensar que alguna vez los pachuqueños se harán escuchar y encontrarán formas de manifestarse para impedir estos crímenes contra el lugar en el que vivimos.