La pandemia nos llegó de sorpresa y nadie en el mundo estaba preparado para enfrentarla, incluso hubo gobiernos que asumieron actitudes retadoras, porque no le dieron la importancia que tenía y promovieron conductas irresponsables, animando a los ciudadanos a seguir haciendo vida normal.
Las consecuencias las pagamos todos, porque muchos contagios y fallecimientos pudieron disminuirse si se hubiera actuado de manera distinta. En México las cifras son de miedo: más de 13 mil personas han fallecido y más de 100 mil se han contagiado; el semáforo está en rojo en cada entidad, lo cual no significa otra cosa que máximo peligro y un horizonte de dudas y temores.
Pero la pandemia también nos deja cosas buenas: nos abre los ojos para ver a quién le hemos dado el poder y cómo lo usa cuando llegan momentos como este, en que nadie debería dudar en que lo prioritario es la salud y vida de la gente.
Nos abre los ojos para ver que hay gentes que sólo piensan en tener poder, que no están para servir a la ciudadanía, sino para fortalecer sus proyectos y aumentar sus ganancias, y ni siquiera ahora actúan a favor del pueblo.
En Hidalgo no cuesta mucho ver esto con claridad. Hay quien, aun a costa de pagar el precio político de los ataques hasta importados, de la incomprensión y de campañas mediáticas contra de las medidas para salvar a la gente, se mantiene firme en que se cumplan porque es el camino para salvarse. Esos valen la pena.
Los otros, los que se obsesionan con mandar y decidir desde su parcela de poder, están bien identificados y en este momento tienen fuerza pero actúan de manera desastrosa, pues siguen en sus grillas y acciones oscuras.
Cuando lleguen las elecciones de alcaldes, que pueden ser en agosto, y en 2021 el proceso para renovar las diputaciones locales y federales, será la hora de cobrar y pagar facturas de acuerdo a como usted juzgue la actuación de los hombres del poder en la pandemia.
El que la hace, la paga… o la cobra.
Pero la pandemia también nos permite descubrir a la familia, el valor de la esposa y tener conciencia de lo que significa como brújula de lo que pasa en esa célula de la sociedad. Darnos cuenta de que los hijos tienen voz propia y de su maravillosa visión de la vida. Redescubrir a nuestras familias es una gran aportación de la enfermedad por los espacios de tiempo que nos da para estar en casa.
Pero no sólo eso, nos obliga a darnos cuenta del valor de la ciencia y la tecnología para enfrentar con éxito estos males y darle su lugar y reconocimiento a la forma en que Hidalgo las integra en la vida del estado a través de sus instituciones y con proyectos como el sincrotrón. De otro modo, usaremos como respuesta a la pandemia herramientas que nacen de la ignorancia y las leyendas y así no se puede.
No está mal ver el lado bueno del virus, aunque lo mejor es que ya nos deje para poder vivir.
PEDRO PORRAS, alcalde de Tezontepec de Aldama, dobló las manitas y dio luz verde para que abran todos los negocios, esenciales y no. Dijo que era mucha la presión. Habrá que estar muy atentos para ver cuántos se contagian y pierden la vida por esta “presión” de los señores comerciantes, que como todos los que se brincan las trancas lo harán “con mucho cuidado”.
PACHUCA es el municipio con más problemas por el covid-19, pues tiene más de 540 contagiados y más de 70 fallecidos. Le siguen TIZAYUCA, MINERAL DE LA REFORMA y TULANCINGO.
Nada les gusta en ZIMAPÁN, donde el alcalde ERICK MARTE decretó ley seca por el virus desde el 17 de abril y fue criticado por los dueños de expendios de bebidas alcohólicas. Ahora que ya se quitó la ley seca, tampoco les gustó… ¿quién los entiende?
SIMÓN VARGAS, secretario de Gobierno, a través de una circular les pidió a los alcaldes ejercer plenamente su autoridad para hacer valer las reglas y que solamente se reabran los negocios esenciales.
CIFRAS DE LA PANDEMIA
Hasta la noche del domingo 7 de junio:
EN HIDALGO: 402 fallecidos (8 más) y 2 mil 270 contagiados (74 más).
EN TODO EL PAÍS: 13 mil 699 fallecidos (188 más) y 117 mil 103 contagiados (3 mil 484 más).