Después de que la Secretaría de Salud haya ratificado 5 casos de coronavirus en México, las cosas se ponen al rojo vivo porque la OCDE señala que las economías decrecerán este año.
El caos iniciado en China ha trascendido a tal velocidad que países como Estados Unidos ya presentan casos de coronavirus y se aprestan a restringir el flujo de personas y mercancías, cuestión que perfila una histeria de magnitudes insospechadas, pues como de costumbre, los medios y las redes sociales han creado una defecación viral al respecto y la demencia se apodera de la conducta social.
¿Cómo enfrentar la histeria social por el coronavirus?
La mente humana es frágil y ampliamente influenciable, hoy las redes sociales son juez y parte, por lo que nadie se salva de estupideces. Esto exige que los avispados e inteligentes sigan las instrucciones internacionales de la Organización Mundial de la Salud, a las que se puede acceder por internet y, desde luego, a las prescripciones de la Secretaría de Salud.
En lo que respecta a la economía internacional, también hay especulación, porque el flujo de trabajadores será estrictamente restringido, y ha iniciado en Estados Unidos. Todo indica que habrá un efecto dominó, pues países como Chile y Uruguay cerraron filas sanitarias y pronto lo harán los demás en el cono sur.
Es evidente que no podemos olvidar el crecimiento económico, pese a que la prioridad social es la salud, pero obviar las condiciones económicas puede convertirse en una espada que nos acuchille, máxime cuando México ha decrecido en el PIB y esto marcará negativamente las oportunidades de desarrollo humano.
Nada es claro sin información certera, por lo que nadie debe hacer caso a las idioteces de las redes sociales, donde existe más desatino que cordura. Es necesario enfrentar la pandemia desde la lógica científica, de lo contrario, los contagios se presentarán con firmeza.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
