Con la crudeza de mi análisis certero, señalo con los pelos en la mano que la cumbre climática ha sido otro fracaso en la estela de países que desean que el cambio climático no se convierta en un pandemonio y, sin extrañarnos, Estados Unidos, al igual que su aliado, Brasil, rechazan las propuestas efectuadas en la ONU y, por ende, seguirán contaminando sin restricción al planeta.
La tesis del Gurú
Yo advierto, ante las lógicas del capitalismo en las que nos desenvolvemos, que la única forma de salvar al planeta será que el cuidado de la ecología genere dinero por encima de lo que hoy deja dinero, cuestión difícil pero que depende de los apetitos de los consumidores. El ejemplo es Cancún, donde las playas, manglares, selva, fauna y el agua dulce y salada, la limpieza de calles y avenidas y del entorno en general se preserva debido a que deja millones de dólares por concepto de turismo, por lo cual hasta la arena es cuidada.
El mercado ecologista
El incremento del mercado ecologista es notorio en el mundo y eso se debe a la degradación del planeta, lo cual ha incidido en que miles de empresas se hayan intentado sumar a las ganancias de los sujetos sociales que demandan que los productos cuiden el medio ambiente, entronicen con él y usen tecnologías limpias. En los hechos, la industria de los alimentos ha tenido por fuerza que cambiar las tablas valóricas de sus alimentos y unirse a lo que llaman “cambio verde”, aún insuficiente, pero ya en conocimiento de los sectores urbanos en el planeta.
La conciencia social
Es necesario apreciar que existe mayor conciencia e interés de los sectores urbanos por querer cuidar el planeta, lo que se ha manifestado tanto en la selección de la basura y en la disminución de los plásticos, hasta recoger el excremento de los animales domésticos como perros y gatos, aunado a la disminución del uso del papel. Pero aún deben cambiar las dietas, cosa que exige dinero y la mayor parte de las personas no lo pueden hacer.
Los gobiernos y su política
Los gobiernos están dirigidos por hombres y ellos tienen apetitos, el ejemplo de Donald Trump y Jair Bolsonaro es evidente: cabrones que se pasan por los huevos el bienestar del ecosistema y el cambio climático les importa un huevo, por lo que seguimos a merced de apetitos de mercados con productos que suelen depredar el ecosistema. Pensemos en Japón y la depredación de especies de ballenas y tiburones.
Insisto: sólo se preservará el planeta cuando los consumidores empujemos a que los productos que compremos tengan a huevo que preservar el ecosistema, de lo contrario, no habrá futuro.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.