La legalización de la marihuana fue el primer paso en diferentes países para regular el consumo de algunas drogas, creando un espacio de autonomía ciudadana sobre su aceptación; sin embargo, la respuesta no ha sido uniforme en todo el mundo, y es un hecho que el consumo legal de las drogas que históricamente han sido prohibidas se encuentra creciendo y siendo aceptado en diferentes países, sean desarrollados o no.
En este escenario, en México ya comienzan a promoverse amparos para el consumo recreativo de la cocaína, no sólo como sustancia medicinal en el tratamiento de diferentes enfermedades, condición que establece un salto cualitativo y habrá de generar debates de fondo; lo cierto es que si pasó un amparo pasarán muchos más.
Cuando se ponen en perspectiva las libertades y los derechos humanos, es invariable que la emancipación ciudadana del Estado debe incrementarse, por ello, no es extraño que la decisión de una persona irá in crescendo hacia diferentes esferas del quehacer humano, cuestión que no es diferente con el consumo de drogas, el cual es común pero censurado hasta ahora, pero que no nos extrañe que pronto lo veamos como algo común y cotidiano, sin censura y como opción social.
Como en todos los casos, con las drogas legales y no legales, lo único que puede evitar su consumo es la cultura y educación, entramados que son mucho más sólidos que las leyes porque la racionalidad y la convicción pueden hacer que una persona no consuma sustancias que resultan, habitualmente, nocivas para la salud y equilibrio social.
Empero, el Estado en México no ha dado una verdadera batalla de la información cultural y educativa sobre las drogas, ello se debe incrementar para advertir las consecuencias que tiene para una persona esta opción, cuestión ampliamente documentada en diferentes partes del mundo, por lo que no deberían existir pretextos para no socializar la información y crear un verdadero basamento de conciencia de las repercusiones sobre el consumo.
Estamos por entrar en una vertiginosa conformación de nuevas leyes al respecto a nivel mundial, no podemos escandalizarnos, ahora sólo queda confiar y estimular la formación cultural desde casa para entender que deberemos coexistir con las nuevas drogas legales, así como lo hemos hecho con el alcohol, el tabaco y recientemente la marihuana.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.