¿A quién y por qué encabrona la corrupción? La respuesta es lineal e inmediata: a todos aquellos que juegan dentro de la ley o el juego que llamamos legal.
Influyentismo, el temido monstruo
Para no meterme en pedos, imaginemos a un político hipotético que en torno a su puesto puede utilizar el poder decisorio, que siempre es un medio para cualquier cosa, mover dinero o influencia; en ambos casos la presión surte el efecto esperado y genera un dividendo económico que se suma a todo el tiempo de la gestión donde se lleva a cabo, lo que permite al político planear negocios turbios, o bien, “legales”.
Y al que es derecho, se lo chingan
Al contrario, el cabrón que estudió y que vende lo que sabe, pero el fisco lo chinga una y mil veces, o abre un negocio y el fisco lo chinga una y mil veces, las posibilidades de crecimiento se diluyen y generan tensión individual y social, por lo que la inteligencia y preparación profesional, las más de las veces, propicia un crecimiento económico mesurado y cualquier expansión económica suele estar acompañada de cuotas de corrupción que se ciernen sobre la actividad laboral o el negocio emprendido.
Peculado-corrupción-impunidad
Entonces, el peculado-corrupción-impunidad es una cadena de poder centrada en la mediación de quien toma una decisión, ello genera eslabones fuertes y débiles; los fuertes obtienen mayores «mordidas» y los débiles, menores, pero el eslabón suele ser cuidado porque es más gratificante que los ingresos por actividad honesta y requiere menor esfuerzo.
Entre mayor es la cantidad de dinero que se presenta por corrupción pública, el círculo de los que la generan es mayor, es decir, requieres que la cadena de corrupción aumente en número y en los tomadores de decisiones, por lo que el poder se endurece en los mandos que toman las decisiones, creando un rígido comportamiento organizacional en la esfera pública, y lo mismo sucedería si la corrupción se presentara en la esfera privada.
Los negocios corruptos se multiplican a través de la toma de decisiones, por lo que los responsables de ello siempre están arropados para trascender mediante la corrupción, la cual en la mayor parte de los casos no es opcional, porque la verticalidad del eslabón de la cadena de mando tiene a su vez muchos eslabones que suelen exigir verticalmente la prebenda-corrupción.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.