(Tomado del documento “Educación Superior, Diversidad Cultural e Interculturalidad II, de la Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y El Caribe, 2018)
Para comprender las relaciones actuales entre universidades y otros tipos de Instituciones de Educación Superior (IES), Estados y pueblos indígenas y afrodescendientes en América Latina es indispensable recordar brevemente algunos factores históricos especialmente significativos para el tema que nos ocupa, porque han tenido consecuencias que bajo formas renovadas continúan afectando estas relaciones.
Como es sabido, la historia de América ha sido marcada por la conquista y colonización europea con masacres, despojos de territorio, desplazamientos y reorganización social y territorial de sus pobladores originales. Como parte de esos procesos, los pueblos indígenas americanos y posteriormente también los contingentes de personas africanas traídas a América en condiciones de esclavitud, vivieron varias circunstancias que atentaron especialmente contra importantes elementos constitutivos de sus visiones de mundo.
Uno de ellos es que sus religiones fueron prohibidas, también lo fueron sus lenguas; cuánto menos su uso en espacios públicos y especialmente en la escuela, cuando accedieron a ella. Otro tanto ocurrió con sus conocimientos ancestrales, particularmente los relativos al campo de la salud, que los colonizadores asociaban a la idea europea de «brujería».
La fundación de las nuevas repúblicas en el siglo XIX de ningún modo acabó con estas condiciones. Los nuevos Estados continuaron muchas de esas prácticas y a través de sus políticas educativas y culturales desarrollaron imaginarios nacionales homogeneizantes, negadores de las diferencias, que –como mínimo– de maneras solapadas continúan segregando a esos pueblos, y negando valor a sus visiones de mundo, idiomas, conocimientos, valores y proyectos de futuro.
Esta historia de prohibiciones, exclusiones y subalternizaciones no ha acabado, sino que continúa bajo diversas formas en la escuela y en las universidades y otras IES convencionales contemporáneas. Otro aspecto importante es que tampoco han culminado el despojo de territorios, ni el racismo, ni la imposición de un cierto modelo de desarrollo y la destrucción ambiental de los ya reducidos territorios en los cuales parte de estos pueblos actualmente hacen sus vidas.
Todos estos asuntos son elementos salientes en las relaciones entre los pueblos indígenas y afrodescendientes y los Estados, e inciden en las políticas y regulaciones de Educación Superior, así como en el diseño conceptual, bases epistemológicas y prácticas institucionales de las universidades y otros tipos de IES convencionales.
Estas pervivencias coloniales también sirven de base a las visiones monoculturalistas dominantes en los sistemas de Educación Superior y de Ciencia y Técnica, que conducen a despreciar a priori los conocimientos, modos de producción de conocimiento, modos de aprendizaje, visiones de mundo, idiomas y proyectos de esos pueblos, de cuyas posibles contribuciones se privan de maneras irreflexivas
Estos prejuicios expresan formas solapadas de racismo que no sólo afectan a esos pueblos, sino también a la calidad de los procesos de investigación, docencia y aprendizaje que se desarrollan en las respectivas universidades y otras IES convencionales. Todo esto afecta la calidad académica de esas instituciones, como también su pertinencia con la diversidad cultural propia de las sociedades a las que deben servir.
El reconocimiento de esta problemática junto con el de la creciente riqueza de los tipos de experiencias interculturales de Educación Superior que han venido desarrollándose desde la última década del siglo XX, condujo a que la 2da. Conferencia Regional de Educación Superior, realizada en Cartagena de Indias en 2008 en su Declaración Final incluyera el acápite C3, en el cual se afirma:
Se deben promover la diversidad cultural y la interculturalidad en condiciones equitativas y mutuamente respetuosas. El reto no es sólo incluir a indígenas, afrodescendientes y otras personas culturalmente diferenciadas en las instituciones tal cual existen en la actualidad, sino transformar a éstas para que sean más pertinentes con la diversidad cultural. Es necesario incorporar el diálogo de saberes y el reconocimiento de la diversidad de valores y modos de aprendizaje como elementos centrales de las políticas, planes y programas del sector.
Desde entonces, se han producido importantes avances en la dirección indicada. Pero aún falta mucho por hacer, pues se trata de vencer inercias y resistencias que tienen largo tiempo operando.
Estas inercias y resistencias responden a muy diversos factores, que con frecuencia están asociados a representaciones racistas solapadas que hasta muy recientemente se han expresado también en la resistencia a incluir preguntas de auto-identificación étnica en los censos nacionales.
Este obstáculo ya se ha superado en la mayoría de los países latinoamericanos, lo cual ha contribuido a poner en cuestión la idea errónea de que los pueblos indígenas y afrodescendientes no serían demográficamente significativos.
Frente a estas creencias, importa destacar que en América Latina la población indígena es de aproximadamente 47 millones de personas y la afrodescendiente supera los 124 millones de personas, que equivalen a más del 8 % y a casi el 22 % respectivamente de la población total de la región. Es decir que, de manera conjunta representan casi el 30 % de la población total de la región.
Continuará…
Por: Roberto Diez Gutiérrez
Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.