El que pega primero pega dos veces, máxima del cachacascán, que ante el zafarrancho que vive la Cámara de Diputados de Hidalgo, entre el partido Morena y el tricolor y sus aliados, nos pone en la antesala de que el primero no tiene un camino terso en la Cámara Baja y que todo apunta a que la arena política y su negociación deberán primar hacia el futuro ejercicio de la nueva Legislatura.
Más sabe el diablo por viejo que por pendejo, por lo que tantos años de control político del tricolor han sido suficientes para entender los engranes de la conducción política, no sólo en Hidalgo, por lo que es evidente que puede seguir pesando en la construcción y en la toma de decisiones públicas, aunque esto no significa, obvio-microbio, que las tenga todas consigo ante el ascenso de Morena.
Pero algo hay que señalar de una posible ventaja o ventana de oportunidad del PRI; debemos entender que durante décadas, aun en la alternancia panista, la política y, mucho más importante, la forma de hacer política en México, no ha cambiado, por lo que desde el lenguaje hasta la reproducción de la operación política siguen intactas, nada ha cambiado y nada presupone que cambiará, porque no estamos ante una batalla ideológica entre partidos y sociedad, sino ante una forma de guiar la administración del Estado.
La ”impericia” de la gente de Morena en la conducción política-administrativa y el peso de la promesa-esperanza política hacia la ciudadanía juegan en su contra, porque un aparato público construido bajo las reglas del juego de la reproducción de una elite en el poder no se borra de la noche a la mañana, máxime si la disputa del poder no tiene un estricto matiz ideológico.
Por ende, Morena-Estado no es un proyecto de ruptura de las estructuras políticas, juega con las reglas del juego impuestas durante décadas, por lo que también juega en estas lógicas, de modo que amenaza su poder y estabilidad; es cosa lógica y los primeros escarceos en Hidalgo y su Cámara Baja lo evidencian.
El control y manejo del poder requiere un aprendizaje significativo, en Hidalgo Morena ha dado muestras tempranas de impericia y no controla ni el Poder Ejecutivo ni el Judicial, por lo que la mesa no está puesta. Ahora la jugada maestra la tiene el PRI, siempre y cuando lo perciba en su justa dimensión y opere en consecuencia.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
