El desastre no para. El Congreso estatal se ha convertido en un hervidero de conflictos en el que el nombre del Grupo Universidad ocupa un papel central. Y es que conocidos personajes que pertenecieron a las bancadas de la máxima casa de estudios, ahora forman parte del Congreso estatal y deben enfrentar su nuevo rol llevando sobre sus espaldas el lastre de haber trabajado hombro a hombro con Gerardo Sosa Castelán.
Si bien la bancada priista no queda exenta de un pasado complicado y cuestionable, ahora las miradas se dirigen hacia la tierra prometida que representa la cuarta transformación y las jugadas de cada uno de los representantes de Morena.
En Hidalgo, las conexiones nos hacen pensar en planes ambiciosos detrás de los movimientos del partido y sus alianzas con el Grupo Universidad, que no vio venir que las labores administrativas dentro de una casa de estudios no se parecen a las que se deben enfrentar en el Congreso del estado.
Por eso será muy interesante observar cómo ejecutarán sus funciones los nuevos integrantes del Congreso y qué tanta libertad serán capaces de conquistar en un ambiente que no les es natural y al que fueron incitados (por no decir, obligados) a buscar a través de alianzas políticas y compromisos organizacionales.
Porque ahora el escenario es otro, uno más complejo y lleno de contrafuerzas que operan al mismo tiempo, en donde los acuerdos serán necesarios y las jugadas inteligentes lo serán aún más; pero sólo en esas circunstancias podremos observar el talento político y las convicciones que mueven a los exintegrantes de la UAEH y así comprobar (y ojalá que no) lo que ya todos sabemos: para quién trabajan.
