La vieja guardia del PRI ha empezado la depuración de los traidores que en el proceso electoral del 1 de julio se mostraron como perros de presa buscando hueso en otros lados y se convirtieron en promotores del ascenso de Morena al poder.
Ante el desconcierto que existía en pleno proceso electoral, las élites priistas jugaron sus cartas en diferentes planos, inclusive algunas llegaron a coquetear con Manuelovich, pero el rechazo del Peje al verse empoderado antes de ganar la elección hizo que la élite del PRI analizara con empresarios y gente del PAN el escenario posible, llegando a la inevitable conclusión de que todo estaba perdido.
En este trazo, los cuadros dirigentes del PRI no atinaron en primer momento a la reestructuración política, porque no se trataba de sustituir hombres y nombres, sino de depurar las estrategias y lógicas que, en definitiva deben desterrarse del partido, por lo que los movimientos hacia su interior son lentos y aún no atienden a un plan específico.
Como el plan de depuración política todavía no se construye en el PRI, ya se dio paso al cobro de las facturas de los traidores, porque es más fácil hacer la lista negra (para empezar a correr) y el ajuste de cuentas, que construir la prospectiva del partido.
La reacción de la elite priista es lógica y siempre que un partido la defeca se busca que los responsables paguen sus culpas, pero cuando se trata de una traición las cosas cobran otro matiz, la ferocidad aparece y se suelen bloquear carreras y perspectivas de crecimiento, cosa que ya inició el PRI y que sus bases adherentes ya empezaron a percibir y manifestar.
La purga intestina en el PRI es necesaria, no pueden quedar impunes aquellos que jugaron en contra del partido y que operaron y filtraron información, por lo que el contraespionaje de control de la elite priista está en marcha y hará que los traidores paguen sus culpas.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
