Manuelovich, eres un verdadero sabio, leíste a Maquiavelo en aquello de que si algo perturba al pueblo “es que le quites sus bienes, tradiciones y mujeres”.
El presidente electo ha declarado que condonará, es decir, perdonará, a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) el adeudo histórico de 2 mil 390 millones de dólares que en sus espaldas llevan los usuarios irregulares, que son domésticos en un 85% y comerciales e industriales en un 15%, deuda impagable que sólo ha causado quebranto social, enfrentamiento y desolación entre los mexicanos.
Se estarán preguntando: ¿quién pagará este pasivo de la CFE? ¡Ni madres, o todos!
López Obrador ha actuado inteligentemente a la polémica que originó su declaración, porque en términos reales los usuarios jamás iban a pagar y el problema era una bola de nieve, porque el pasivo no era sólo para la CFE, sino para los mexicanos que arrastraban una deuda que ya les causaba diarrea.
Esta medida del tabasqueño no es populista, es una catarsis que afloja la correa al pueblo y que debe ser entendida como tal, porque no habría importado para el usuario que estuviera en el poder el PRI, PAN, PRD o MORENA, de todos modos nadie iba a pagarle a la CFE y ni la CFE ni el gobierno tiene o tenía el poder para embargar o meter a la cárcel a todos los deudores, esto es imposible y absurdo.
La condonación de los deudores de luz es un caso humanitario que lastimó por décadas a los mexicanos y merece ser ponderado en esta dimensión, no es equiparable al FOBAPROA, donde el peso de la deuda bancaria la llevamos los que menos tenemos, esto son dos cosas distintas.
Manuelovich acierta al cancelar esta deuda odiosa, pero, pero, pero, ahora es necesario generar un padrón cierto y una regularización pertinente de los usuarios para que no se presente este problema nuevamente, y todo ello exige eficiencia de la CFE y responsabilidad ciudadana, si no, nos llevará la chingada.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
