Luego de terminar en tercer lugar con 33 victorias por 21 derrotas y sacar en los playoffs a sus acérrimos rivales, los Diablos Rojos, los Tigres de Quintana Roo fueron eliminados en siete emocionantes juegos por los ahora campeones, Leones de Yucatán.
El manager Tim Johnson fue duramente criticado porque en el juego decisivo no abrió con su estelar, Barry Enright. Después se supo que le había dado permiso para ir a la boda de su hermano.
Lo cierto es que ninguno de los dos permanece en el equipo, luego de que los felinos tuvieron un horrendo arranque en el nuevo minitorneo, en el que fueron limpiados por Yucatán, que les hizo 44 carreras, y el equipo está en último lugar, por lo que de común acuerdo rescindieron el contrato con Johnson, que fue sustituido por el coach Héctor Hurtado, quien ya había actuado como bombero el año anterior, pero que no tiene los blasones del norteamericano.
Además, el equipo comenzó a desmantelarse: dejaron ir a Jason Bougeois y posteriormente negociaron a José Amador en una evidente maniobra para aligerar la nómina. Y aunque llegaron Tyler Alexander, Alfredo Simón, Hassan Pena y Dave Sapelt, el equipo sigue sumido en el sótano y con altas posibilidades de romper con la racha de más de dos décadas de calificar a la postemporada.
Esperamos que con el regreso de los jugadores que fueron a los Centroamericanos, y con la mejora de los abridores el equipo reaccione, pues todavía tiene tiempo.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
