Recientemente se han dado a conocer diversos cambios y políticas públicas que implementará Andrés Manuel López Obrador en cuanto arribe al Poder Ejecutivo, aunque ha omitido hablar de cuál será su trato con los sindicatos del país, sobre todo en los respectivos a maestros y petroleros.
López Obrador ha sustentado un discurso en el recorte de plazas de personal de confianza en la administración federal y lo que, según sus cuentas, representará un importante ahorro para aportar a programas asistenciales o a políticas públicas diversas, que le representaron importantes promesas de campaña.
Pero ha permanecido sin hacer pronunciamiento sobre el quehacer en materia de sindicatos petroleros y maestros, ambos gozan de privilegios que rayan en la corrupción bajo el auspicio de autoridades y que, ahora en la cuarta transformación, deberían desaparecer en su totalidad; sin embargo, el futuro gobernante permanece en silencio respecto a dicho tema.
Los recortes de salarios y despidos deberían existir también en los sindicatos, que durante décadas han sido tan beneficiados por la corrupción que impera en el país, cabe resaltar que para los maestros existe un aguinaldo de 3 meses de salario, cuando la mayoría de los trabajadores reciben apenas 15 días.
Entre las incongruencias del sistema salarial mexicano resaltan los maestros y petroleros, quienes parecen estar bendecidos por mandatarios que temieron quitarles sus privilegios o recortarles presupuesto.
Hace no mucho tiempo se hicieron virales imágenes del hijo de Romero Deschamps, que reflejan un nivel de vida opulento lejano del promedio de la población, con una vida que no se construye con un salario mínimo.
Estas son las brechas que López Obrador prometió abreviar; en Hidalgo, por ejemplo, debemos resaltar la abundancia de los sindicatos de la UAEH durante décadas enteras y que les han permitido vivir sin preocupación alguna por transparentar recursos.
La duda queda en el aire: ¿cómo conservará AMLO el apoyo de grupos políticos mientras hace justicia?