A 15 días de la votación que decidirá el rumbo de México resalta Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, y no se espanten, queridos lectores, ya hemos sido gobernados por Vicente Fox Quezada, quien se proyectó como la esperanza de la alternancia en el país.
El mayor defecto del “Bronco” es el machismo que ostenta, y pese a que es un defecto terrible también es cierto que no hemos tenido un presidente que dé muestras de lo contrario y que vivimos en un país donde las mujeres necesitan equidad en oportunidades, no apoyos asistencialistas, y eso sólo se lograría con bases firmes en políticas públicas.
Por otro lado, Rodríguez Calderón ha adoptado un discurso populachero y mediático en diferentes temas, pero para frenar o aprobar ciertas decisiones debe contar con el apoyo del Poder Legislativo. Parab dejar de tener un sistema presidencialista con tintes “virreinales” debemos comenzar por darle el peso adecuado a cada poder.
De toda la sarta de barbaridades que ha dicho Jaime Rodríguez resalta una: no al asistencialismo, no más políticas que fomenten pobreza y falta de oportunidades para poder utilizar a las clases vulnerables en favor de temas electoreros.
Este país no necesita una centena de apoyos mensuales, sino políticas que permitan un mayor movimiento en la economía y el correcto uso de los impuestos para generar fuentes de empleo para la población.
Los apoyos mensuales son una forma floja de gobernar, hace muchos años AMLO “creó” el seguro de adultos mayores por una razón específica: activar la economía de la capital del país evitándose la pesada carga de crear fuentes de empleo para ese segmento de la población.
En una medición real, “El Bronco” y “El Peje” dicen las mismas barbaridades por minuto, sólo que el norteño tiene un plan para accionar la economía y el tabasqueño quiere repartir dinero para que la gente no se queje.
El sistema que busca implementar el candidato de MORENA es el mismo de años pasados en América Latina y en países africanos, el cual terminó formando gobiernos dictatoriales o autoritarios; es la mayor mentira con las peores consecuencias.
Un gobierno populista basado en políticas asistenciales fomenta el desempleo y vidas familiares deterioradas sin valor ni sentido, es decir, cierra la puerta al libre desarrollo humano.
Por lo menos su servidor, Julio “El César”, no puede ignorar que “El Bronco” es el único candidato con una visión de crecimiento económico y no burocrático, mientras que la acusación de sus “disparates” gobernando es una excusa que resta poder y fomenta la flojera del Legislativo.
Jaime Rodríguez Calderón se proyecta como el único candidato cuya presencia obligaría a hacer una modificación al sistema presidencialista mexicano, generando peso en el Poder Legislativo y, por tanto, avanzar en el camino a la democracia.
Mientras que su visión sobre borrar el asistencialismo colocaría a México, por fin, en categorías de desarrollo, dejando atrás al país bananero. Por tanto, Rodríguez Calderón se convierte en la posibilidad de crecimiento dentro de su discurso mediático.