Para el lector, la imagen que acompaña este texto podría hacerlo pensar que se trata de una ciudad remota en China, como Xingtai, Shijiazhuang o Linfen, que se caracterizan por ser las más contaminadas en el mundo.
Desafortunadamente no. Se trata de una panorámica del sur de Pachuca, que ha estado sometido a una nube contaminante que ha cambiado nuestros hábitos diarios en la última semana, y que ha obligado a que cerremos puertas y ventanas de nuestras casas, y utilicemos tapabocas al salir a la calle. Todo por la imprudencia e irresponsabilidad criminal de un imbécil que, desde la sombra del anonimato, puso en riesgo la salud de miles con una sola acción.
El domingo 13 de mayo comenzó una de las mayores catástrofes medioambientales que el estado de Hidalgo ha tenido en su historia, sin exagerar: el incendio en el relleno sanitario en Mineral de la Reforma.
De acuerdo con diversos testimonios, la quema del basurero no fue fortuita y todo apunta a que fue provocado por manos siniestras, pues unas horas antes fue clausurado por la SEMARNAT.
Desde entonces han sido días literalmente sofocantes para los vecinos que vivimos en la parte sur del estado y, sobre todo, en La Providencia. Más allá de la pestilencia que existe en varios kilómetros a la redonda, los habitantes hemos respirado un cóctel venenoso de elementos tan peligrosos como mortíferos, de acuerdo con algunos expertos, como mercurio, cromo, cadmio, arsénico, plomo, berilio, hidrocarburos policíclicos, bencenos clorados, naftalenos policlorados, compuestos orgánicos volátiles, gases ácidos como óxidos de azufre, dióxidos de nitrógeno, ácido clorhídrico y gases de efecto invernadero como dióxido de carbono, algunos de los cuales son cancerígenos.
Adicionalmente, ante la desgracia sanitaria que vivimos miles de mineralenses y pachuqueños, no ha faltado quien ha querido lucrar políticamente con esta tragedia, además de forma estúpida, inmoral y antiética. En redes sociales comenzó a circular publicidad pagada acusando al presidente municipal de Mineral de la Reforma, Raúl Camacho, de iniciar el incendio en el basurero, además de comenzar una campaña para denunciarlo penalmente por parte de gente que lo hace con claros fines políticos, pues es gente relacionada con el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
No puedo defender a Camacho porque desconozco su nivel de responsabilidad en este acto criminal, pero tampoco podemos convalidar las acciones de un grupo político y de interés al que lo que menos preocupa es la salud de nosotros, y lo que realmente le interesa es recuperar el poder y el poder político perdido hace dos años lucrando con nuestra tragedia.
Han sido ya varios días de emergencia ante la imprudencia de quemar ese basurero. Los daños son incuantificables: el daño medioambiental irreparable e irreversible, lo que significa un ecocidio sin precedentes; un gran problema de salud pública para la población que vive en los alrededores, que implica, de facto, un genocidio contra los vecinos mineralenses.
Es necesaria no sólo la presencia e intervención de los organismos municipales, estatales y federales en esta emergencia. Es necesaria la intervención de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante esta catástrofe, de la cual sin duda desconocemos aún las secuelas, pero que indiscutiblemente, en algunos años, se manifestará en problemas respiratorios y cancerígenos que nadie querrá atender ni resolver.
¿Quién fue el imprudente e irresponsable criminal que inició el incendio en el basurero de Mineral de la Reforma? ¿Por qué todas las autoridades han sido omisas en este caso? ¿Quién responderá ante este desastre? ¿Quién garantizará la atención médica y sanitaria necesaria ante la población que está expuesta ante esta nube tóxica que inhala todos los días en su casa? ¿Quién devolverá la calidad del aire que teníamos en este punto de la ciudad? ¿Quién reparará el grave e irreparable daño ecológico que se ha hecho en la región?
Estas preguntas seguramente quedarán sin resolver, y al igual que el humo del basurero, es una maloliente tragedia del infierno pestilente en que vivimos día con día, y que huele a putrefacta impunidad.
Por: Héctor G. Legorreta
Nació en la Ciudad de México y vive actualmente en Hidalgo. Sociólogo egresado de la UNAM. Militante de Izquierda de toda la vida: afiliado por 15 años en el PRD (1997-2012) hasta que renunció para unirse a MORENA. Uno de los representantes del CCH Azcapotzalco ante el CGH en la huelga de la UNAM 1999-2000. Coordinador Estatal de la Red Nacional de Jóvenes con Andrés Manuel López Obrador en el Estado de Hidalgo en 2006. Coordinador Estatal de MORENA Jóvenes y Estudiantes (Morena-JE) en Hidalgo de 2011 a 2012. Secretario de Educación, Formación y Capacitación Política del Comité Ejecutivo Estatal de MORENA en Hidalgo, y Consejero Nacional de dicho partido de 2012 a 2015. Socialista, Altermundista, Ambientalista y Puma de corazón. Miembro del Colectivo de Izquierda Hidalguense, militante crítico de #MORENA, y fundador de XHGLC.