Verónica Angeles
Mala organización y pésima logística quedó en evidencia esta tarde, durante la visita del candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya Cortés, quien se retiró de Pachuca entre empujones del equipo de seguridad y la prensa local y nacional, a quienes no quiso atender.
La visita de Anaya estaba programada para las 4 de la tarde, pero se aplazó media hora debido a que las sillas que habían sido colocadas (alrededor de 3 mil) aún no se ocupaban.
Entre banderines, matracas, chiflidos y porras arribó el candidato del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, a quien le dio la bienvenida la aspirante al Senado de la República, Darina Márquez Uribe.
“Presidente, presidente” gritaban algunos asistentes; al fondo, el ritmo de reggaetón que invita a votar por: “A-A-Anaya”.
Fiel a sus costumbres, el público pachuqueño no se prendió y se mantuvo indiferente, a pesar de las arengas de conductores y del candidato presidencial.
A manera de introducción, la cantante habló sobre los jóvenes y la importancia de su participación para lograr el cambio de gobierno. Enseguida, Daniel Ludlow, candidato a diputado federal, hizo referencia de lo dolida que está la sociedad, pero asegura “que hay un halo de esperanza”.
Subió Anaya al templete, lo acarició el viento de la ciudad que se acompañó del polvo característico del parque David Ben Gurión.
Anaya prometió atender los problemas que aquejan a las mujeres, también dijo que si es presidente va a acabar con la corrupción, con la pobreza extrema, con la impunidad. Y que recuperará la paz y la tranquilidad. Concluye su discurso con la frase célebre del Che Guevara: “Hasta la victoria”.
