Previo al debate destacó un movimiento poco usual en diferentes puntos de la Ciudad de México, con pancartas que denostaban al candidato presidencial por MORENA, así como la presencia de un buen número de personas gritando frases que hacían parecer que el puntero era rechazado por sus exgobernados, es decir, que su bastión estaba perdido.
Inmediatamente se pronunciaron diferentes voces en contra de estas manifestaciones que exhibían la desesperación de los contendientes de Andrés Manuel López Obrador por hacerlo bajar de los 48 puntos de aceptación que posee.
Si bien es cierto que en el escenario nacional se generaron diferentes especulaciones, también lo es que en Hidalgo inmediatamente fueron reconocidos los procedimientos que se aplicaban en la extinta FEUH.
Sólo José Francisco Olvera Ruiz, uno de los porros más destacados del Grupo Universidad y exgobernador de Hidalgo, podría concebir dicha estrategia, pues en su encomienda de ganar las elecciones para el tricolor en la Ciudad de México no tienen la menor idea de cómo ganar votación pero sí saben atemorizar, amenazar y destrozar a diestra y siniestra.
Las formas utilizadas para amedrentar y bajar al puntero es el mismo método que el exgobernador implementó contra Xóchitl Gálvez durante la carrera por la gubernatura que logró ganar en tribunales, por lo que también se espera que la táctica para ganar la Ciudad de México, o por lo menos colocarse como segundo lugar, será una serie de corruptelas y violencia que permitan ganar cierta protección.
Lógicamente, el exgobernador se encuentra atemorizado por el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, pues eso le significaría quedarse sin protección y, por tanto, acercarlo unos pasos hacia la prisión por los desfalcos cometidos en la entidad y que han generado gran escándalo.
Hidalgo por fin ha quedado libre del grupo olverista que tanto daño ha causado, y ahora será la Ciudad de México la que vea arribar a personajes que parecen copia fiel –hasta con el bigote- de “La Ley de Herodes”, y sus elecciones continuarán teniendo percances como los de la tarde de ayer.