Ser y Devenir 128

El choque es siempre con uno mismo.

—Ser libre de todo —me dice Nietzsche—, de tus prejuicios, de tu razón, incluso de ti.

—¿De mí?

De ti.

—No seas mamón.

—¿Por qué?

—¿Cómo puedo ser libre de mí?

—De todo aquello que tú crees de ti.

—Oh…

En las tardes solitarias decembrinas me la pasaba hojeando libros de historia en The Greek Hall, uno de los espacios de lectura al lado de mi amada biblioteca. Me sumergía en la música del viejo tocadiscos iluminado por el placentero color ámbar de los vitrales que, intensificando los rayos del sol, parecía que la gloria me acariciaba sin decirme nada, sin hacer nada, sin preguntar nada. Sólo mostrándose, mostrándome, mostrando su sentido en mi existencia.

A las 6pm bajaba a cenar al comedor, en la cabecera de una de las largas mesas para cincuenta comensales y, evidentemente, siempre solo. Hasta que a la cuarta o quinta noche se me acabó el pan y, cuando fui a la cocina por más, me encontré sorpresivamente con una agradable velada entre los tres trabajadores del instituto Humboldt. Miss Rose, pelirroja y algo gordita, encargada de mantenimiento (en realidad no es maestra pero casi todos en el internado le llaman así). Ted Collins, su ayudante, bajo de estatura y algo traumado por su calvicie prematura. Y, por supuesto, Benny Alpinahua, un indio Washo, vigilante en el día y velador por la noche.

—¿Por qué no me invitaron a cenar con ustedes? —les pregunto y los tres se quedan mirando.

—Nosotros somos empleados —dice Rose— y tú eres un alumno.

So?

—Toma asiento, muchacho —dice Collins y, mientras lo hago, noto que Benny me mira muy serio. Yo intento ser empático levantando la mano como saludo pero no me hace caso.

—Este pan es delicioso —les digo—, ¿quién lo hizo?

—Anda, Benny —dice Rose—, platícale.

—Es de arándanos —dice Collins—, la especialidad de la esposa de Benny.

—Ah ¿sí? —digo por decir.

—Cuéntale, Benny —dice uno.

—¡Ándale, Benny! —dice el otro.

Y, entre más le decían, el indio Washo menos quería hablarme o siquiera verme. Terminó su cena, una especie de carne seca enyerbada que luego supe era de soya, y sin decir una palabra se retiró de la mesa, de la cocina y se dirigió a su aposento en el lado Sureste del castillo; él era el único que, además de mí, se quedaba en vacaciones.

—Le caigo mal ¿verdad?

—No —me dice Rose—, sólo que es muy supersticioso.

—Y ya sabes como son los apaches —remata Collins.

—¡Que no es apache —le regaña Rose—, es Washo!

—Es lo mismo —él se defiende.

—No es lo mismo.

—Ambos son tribus indias.

—¿Y eso qué?

—Es lo mismo.

—¡¡No es lo mismo!! —grito infernalmente con todas mis fuerzas, ambos quedan callados y estupefactos. Yo vuelvo en sí y me sorprendo por mi reacción, me justifico diciendo que sólo fue un instintivo reflejo luego de haber provocado un gran incómodo silencio.

—Tengo que terminar de limpiar el gimnasio —dice Collins y retira.

Rose me toma la mano, me mira a los ojos y, casi como leyéndomelos, me pregunta:

—¿Has visto al niño?

Asiento y ella se preocupa.

—¿Has hablado con él?

Asiento y ella se asusta.

—¿Qué te ha dicho?

—¿Por qué le tienes miedo?

Rose intenta explicarme pero no le salen las palabras mientras una sombra, sin que ella se dé cuenta, se acerca lentamente por su espalda; ella nota mi mirada, voltea y, al ver su rostro, desmaya.

—Hola —me dice el niño.

—Eres un ojete —le digo.

 

Continúa 129

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".