Durante todo el sexenio anterior, las opiniones en el tenor político de Hidalgo estuvieron supeditadas a la aprobación del grupo gobernante porque sentían ofensiva y engañosa cualquier crítica que pudieran hacerles. En pocas palabras, ellos creían ser personajes perfectos, exentos de cualquier error.
Conforme transcurrieron esos años, el desarrollo de las tecnologías en materia de comunicación cobró mayor importancia para dar paso a diversos portales y formas noticiosas digitales, lo cual generaba mayores posibilidades de libertad de expresión y ausencia de compromisos por prebendas o nóminas especiales.
Sin embargo, la revolución digital resultó incómoda para muchos personajes que acostumbraban a pagar cuantiosas cantidades a cambio de una entronización ridícula a sus personas e inmediatamente comenzaron a sentirse atacados por la exhibición de carencias en su trabajo o profesionalización.
Este espacio en particular ha sido labrado con actualización constante, buscando ofrecer al público lector opiniones y análisis diversos que también recaban los comentarios que a veces se pretenden dejar aislados en distintas mesas.
La crítica constante al trabajo de los políticos, que son figuras públicas en el estado, nos ha acarreado amenazas, propuestas de pagos o favores, pláticas larguísimas para tratar de desmentir con base al sentir de “los afectados”, promesas de venganza, envío de recados con terceras personas, pero jamás han podido negar rotundamente lo dicho aquí.
Pero es el ataque al portal electrónico el que ha cobrado fuerza recientemente, pues por coincidencia, cuando se habla de los motivos de un amplio grupo de políticos resentidos en el estado, buscan desaparecer este sitio.
Resulta lamentable la existencia de políticos que ni estudian ni trabajan para dedicarse a vivir del dinero que obtuvieron de diversos ilícitos durante el sexenio pasado y dirigir una estrategia de combate a espacios como éste porque les molesta ser exhibidos en su corrupción e incapacidad.
Parece que seis años como gobernantes no les fueron suficientes para aprender que mientras ellos generan oleadas de bots y filtraciones, existe un enorme porcentaje de la población con carencias en las necesidades básicas para vivir dignamente y que todo el dinero destinado a sus beneficiarios en medios de comunicación pudo servir para brindar respuestas y trabajo a la ciudadanía que hoy recrimina que permanezcan en libertad.
Pese a los miles de pesos invertidos en diferentes medios, no lograron generar buena imagen en ningún rincón del estado, ya que su pésimo trabajo labró su reputación, además de que los medios tradicionales en la entidad han perdido peso en medio de la era de la comunicación digital.
Ahora gustan de llorar con sus columnistas de confianza la guerra sucia auspiciada contra ellos, cuando lo único que existe es la ventilación de opiniones que han existido desde su arribo al poder.
En medio de esto vuelve a relucir su falta de capacidad cuando de forma troglodita generan una ilación de ideas que los lleva a relacionar una crítica que no les favorece con el cierre de un portal digital a través de ataques de cuentas falsas. Parece que alguien aprendió muy bien de Javier Duarte la necesidad de reprimir la existencia de libertad de expresión.
No conformes, decidieron darse a la tarea de realizar capturas de pantallas de la sección Yo como que oí… de este mismo portal y, con ayuda de Photoshop, insertar comentarios de ataque a todos los personajes sobre los que sienten recelo.
Sobre estos temas sólo podremos decir a nuestros ninis: capacítense en temas como redacción, política y análisis, pues su trabajo es bastante deficiente; en cuanto a su solicitud indirecta para incorporarse a este equipo –imitación de contenidos-, es francamente precaria y denota su falta de formación académica.