Todo parece una inversión de tiempo sin futuro, pues el presidente estadounidense Donald Trump, parece llevar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) al precipicio. Inicialmente se había acordado concluir la renegociación antes de terminar el año, pero ahora las divergencias entre las posiciones de Estados Unidos y las de México y Canadá han postergado las negociaciones hasta 2018.
Las negociaciones del TLCAN iniciaron a mediados de agosto, a petición de Trump, con un ritmo constante de discusiones hasta la cuarta ronda que inició el 11 de octubre pasado en Arlington, en las proximidades de Washington. Ahora no se sabe realmente cuándo terminarán o si concluirán abruptamente con la salida de Estados Unidos del TLCAN, pues el presidente estadounidense está convencido de que ha provocado una pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo en su país y es el responsable del déficit comercial de Estados Unidos con México, que era de más de 64 mil millones de dólares en 2016.
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, no sólo anunció que las negociaciones se extenderían hasta 2018, sino que declaró durante una conferencia de prensa conjunta entre los negociadores, al concluir la cuarta ronda de conversaciones, que se habían puesto de acuerdo para extender las discusiones más tiempo y que la próxima reunión se efectuará en México del 17 al 21 de noviembre.
La ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, señaló que habían encontrado una serie de propuestas no convencionales que hacían que el trabajo de los negociadores se hiciera mucho más difícil, después que los estadounidenses plantearan una serie de propuestas sobre el mecanismo de solución de controversias comerciales relacionadas con el capítulo 19 del TLCAN, el cual prevé el arbitraje de disputas compensatorias y de dumping, el cual Estados Unidos pretende eliminar y ha servido a los canadienses para solucionar las disputas con los estadounidenses sobre la madera, acusados de exportar la madera a los Estados Unidos a precios de dumping, es decir, menores a los costos de producción.
Por su parte, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, no sólo ha respaldado la posición de Canadá sobre la permanencia del Capítulo 19 del TLCAN, sino que ha señalado que el gobierno de México quiere seguir trabajando junto con los negociadores de Estados Unidos y Canadá hasta concluir las negociaciones y mejorar el tratado; ambos negociadores han formado un frente común frente a los estadounidenses en los temas de productos lácteos, industria automotriz, paneles de resolución de disputas, compras públicas y la absurda cláusula de extinción del TLCAN después de 5 años.
Chrystia Freeland ha sido clara y desenmascarado la posición de los Estados Unidos: acusa a ese país de socavar intencionalmente el TLCAN con sus propuestas, las cuales ha calificado de no convencionales y perturbadoras, “en áreas críticas de negociaciones que hacen que nuestro trabajo sea mucho más difícil”, dijo Freeland en la conferencia de prensa en Washington
Freeland recordó que el TLCAN en los 23 años de vida ha contribuido a la creación de empleos y oportunidades para Canadá, Estados Unidos y México, beneficiando a las familias de clase media de los tres países; pero en las sesiones tres y cuatro de las negociaciones, habían visto propuestas que irían en detrimento de los 23 años de integración de las economías, propuestas que en algunos casos contradicen las propias reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), organismo multilateral al cual pertenecen los tres países.
Las propuesta de Estados Unidos no es sólo con respecto al aumento de los componentes en las reglas de origen de la industria automotriz, ni en los mecanismo de arbitraje, sino en la absurda idea de poner fin al TLCAN cada 5 años sin más ni menos si un país lo desea. El mensaje es claro: Trump no quiere que su país siga dentro del TLCAN y está haciendo todo lo posible para descarrilar las negociaciones, para decir que Canadá y México no quisieron aceptar la “modernización” de una zona de libre comercio que nada tendría que ver con ese proyecto si se aprueban su absurda propuesta.
Pero hoy más que la preocupación del gobierno mexicano por la posible salida de Estados Unidos, la tensión crece entre los empresass estadounidenses por las consecuencias que puedan sufrir sus negocios con la salida de su país; pues los negociadores estadounidenses trabajan para dinamitar el Tratado. Robert Lighthizer dijo que estaba sorprendido y decepcionado por la resistencia al cambio por parte de los negociadores canadienses, aseverando que Canadá y México no quieren aceptar que Estados Unidos quiere reequilibrar sus acuerdos comerciales, precisando que no tiene ninguna indicación de que sus socios estén dispuestos a realizar cambios que darán como resultado ese reequilibrio.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.