Redacción/EFFETÁ
Un muchacho y un hombre mayor se turnan las paladas y el acarreo de la tierra en una carretilla para acondicionar las jardineras donde serán sembrados algunos árboles que adornarán la nueva calle Miguel Hidalgo, en el centro de Pachuca. Forman parte de la cuadrilla que ultima los detalles de la remodelación de esta vialidad.
A principios de marzo iniciaron los trabajos. Algunos de los locatarios afirman que la promesa era que tardarían únicamente algo así como dos meses. Después, cumplido el plazo, les dijeron que en julio ya estaría. Es agosto, y los trabajos, aunque menores, continúan. Los autos, combis y camiones transitan sin problemas desde hace tiempo.
Si uno entra a alguno de los negocios, la opinión más o menos concuerda: que la calle se ve bonita, que cuando empezaron los trabajos se hacía mucho polvo y todo se ensuciaba pronto, que las ventas bajaron porque los clientes casi no pasaban por ahí, que a ver ahora cómo les va con pocos lugares para estacionarse.
Según la Secretaría de Obras Públicas y Ordenamiento Territorial (Sopot), las labores consistieron en la instalación de una nueva red de agua potable y tomas para los domicilios, encauzamiento de agua de lluvia, remodelación de banquetas, ocultamiento de cableado eléctrico y telefónico, además de la pavimentación de la calle con ese hermoso concreto hidráulico de color negro al que se le realizan marcas para simular el adoquín.
Según la Sopot, la inversión superó los 13 millones de pesos, utilizados para mejorar la imagen de más de 500 metros de calle, desde la esquina con Leandro Valle hasta la esquina con Mariano Arista, todo en aras de tener una ciudad más transitable.
El logo de Gobierno, ese compuesto de dos letras “F” que forman la “H” de Hidalgo, se pueden ver en las rampas de las esquinas. Más allá, adoquines amontonados en la banqueta que servirán de adorno, o polines y madera amontonados en la calle Ángela Barrientos.
En el trecho entre Leandro Valle (extremo donde iniciaron las remodelaciones) y Francisco Javier Mina aún falta colocar la tira de adoquines destinada a la banqueta. Algunas secciones están prácticamente terminadas.
Las aceras, antes estrechas y cubiertas de adoquín, ahora son más anchas y espaciosas. En cambio, el carril para autos se redujo, pero esporádicamente se hace más grande para dejar espacios de estacionamiento.
Para el peatón, ahora, es una calle mucho más amable, y cuando luzca todos los árboles plantados tendrá mejor aspecto.
Los trabajos terminan en la calle Mariano Arista, justo frente a la iglesia de San Francisco, en uno de los cruces donde habitualmente hay congestión vehicular a ciertas horas.
En esta calle se habían dispuesto parquímetros y se delimitaron los cajones de estacionamiento. Ahora, con las modificaciones, seguramente habrá algunos cambios, a más de cuatro meses de trabajos.
Una cuadrilla pequeña, repartida en diferentes puntos, se da a la tarea de colocar la tira de adoquín, preparar las guarniciones, acarrear escombro, hacer la mezcla de cemento y grava o ir corriendo por el refresco, según haga falta. Pero los trabajadores se apresuran a terminar su sección de banqueta, porque es agosto, se acercan unas nubes oscuras y ya caen algunas gotas.