El Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Banco Mundial (BM) hacen un llamado a no repetir los errores del pasado y a favorecer el libre comercio.
Se trata de un llamado vibrante en favor del libre comercio en un informe conjunto publicado apenas este lunes, titulado “Haciendo del comercio un motor de crecimiento para todos”, algo que parece más bien una consigna retórica que un objetivo realizable, pero que advierte de las desastrosas consecuencias de la Gran Depresión tras el cierre de las fronteras derivado de la crisis de 1929, lo cual creó las condiciones para la Segunda Guerra Mundial.
El informe señala que la apertura del comercio desde el final de la Segunda Guerra Mundial ha generado importantes ganancias de productividad, una mayor competencia, precios más bajos y un aumento general de los niveles de vida; precisa que el comercio ha reducido en dos tercios el precio promedio de la canasta de básica de los menos afortunados en los países ricos.
Frente a los vientos en contra de la globalización, haciendo referencia a Estados Unidos, Reino Unido y otros países en Europa, las tres instituciones internacionales llaman a los gobiernos a comunicar mejor los beneficios de un comercio abierto y la globalización, todo frente a una opinión pública más escéptica.
Tal como lo ha señalado el presidente Donald Trump en sus críticas al libre comercio, el informe habla sobre la pérdida de empleos en los países más industrializados, como Estados Unidos y los de Europa, los cuales están avanzando hacia la nueva industria desde hace años (aeronáutica, comunicaciones, robótica, biotecnología, digitalización, automatización, por ejemplo) con fronteras abiertas, pero sobre los cuales ahora se cierne la sombra del proteccionismo comercial.
El informe dice que la integración comercial ha sido una herramienta poderosa para aumentar el crecimiento y mejorar el nivel de vida de muchos países; sin embargo, algunas personas han sido abandonadas en el camino en los últimos años, ya que la tecnología y la automatización han comprimido los salarios en algunas regiones. Las tres instituciones están conscientes de que la globalización no ha traído la felicidad a todos por igual.
Exhorta a los gobiernos nacionales a ayudar a las víctimas de la globalización para que se puedan adaptar al nuevo mundo del trabajo y a reintegrarse. La promoción de la movilidad profesional con un énfasis en la infraestructura para una mejor circulación a través de asistencia financiera a cambio de vivienda, por ejemplo.
El documento agrega que en Estados Unidos, la migración limitada de trabajadores de los estados federados sujetos a la competencia con China se ha traducido en un aumento del desempleo, una disminución de la participación en el mercado de trabajo y salarios más bajos, por ejemplo.
Las tres organizaciones internacionales proponen que los gobiernos aumenten la ayuda a la búsqueda de empleo, a establecer redes de seguridad financiera para los desempleados, a reformar el sistema de educación para preparar mejor a los futuros trabajadores a integrarse en un mundo donde las competencias para el trabajo cambian con más frecuencia.
Pero, sobre todo, el FMI, el BM y la OMC consideran que un fuerte sistema de comercio mundial, centrada en la OMC y sus reglas, sigue siendo vital para el planeta, destacando la importancia del Órgano de Solución de Diferencias (OSD) de la OMC, el cual califican como un poderoso instrumento para hacer cumplir las reglas del comercio internacional multilateral, pese a que hasta hoy ningún acuerdo de alcance universal ha concluido desde 1995, cuando se creó la OMC; lo cual hace de esos tres organismos una tarea titánica bajo la nueva visión de Trump, apoderado de la Casa Blanca hoy.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.