No se murió el amor… todavía

SEGUNDA PARTE

El Partido Revolucionario Institucional en Hidalgo sortea una de las mayores crisis en su haber con una dirigencia que ha sufrido el desgaste político de los comicios anteriores, razón por la que fue anunciada la renovación desde septiembre de 2016. Pese a todo ello, se vio aplazada por distintos motivos e infinidad de teorías especulativas, lo único cierto es que actualmente se ha calificado como inminente  y urgentemente necesaria.

Dos están levantando la mano: Juan de Dios Pontigo Loyola y Víctor Hugo Velasco Orozco, cabe decirlo, políticos en el más amplio sentido de la palabra.

JUAN DE DIOS PONTIGO LOYOLA

Proviene de una destacada y conocida familia oriunda de Pachuca, que entre sus miembros cuenta con el actual rector de la UAEH, Adolfo Pontigo Loyola. Inició su carrera en el Poder Judicial del estado de Hidalgo con un marcado carácter penalista que pronto dio muestras de capacidad.

Fue en su época universitaria, en la que según lo expresado por él, fue compañero de Carolina Viggiano Austria, quien se convertiría en su vínculo político al ser su protegido y aprendiz, llevándolo a integrarse al entonces glorioso Grupo La Joya (cuando entre sus integrantes desfilaban luminarias hidalguenses).

El 28 de febrero de 2012, la política le guiñó un ojo entrando como secretario de Organización del  CDE, dejando la titularidad del área de Comunicación Social del Tribunal Superior de Justicia; bajo la dirigencia de Ricardo Crespo Arroyo trabajó las elecciones de 2012 y 2013, contribuyendo enormemente a forjar los famosos “carros completos”.

En 2013 dejó de contar con la bendición de Carolina Viggiano, al tiempo de padecer una infantil guerra sucia interna para demeritar su imagen ante el exgobernador Francisco Olvera Ruiz, que decidió castigarlo con una gradual disminución de facultades, hasta que finalmente el 1 de noviembre de 2013 fue nombrado secretario general.

Lo que parecería un avance en su trayectoria política terminó siendo un congelamiento por parte del grupo de Olvera-Crespo, que no tuvo empacho en arrebatar públicamente los logros de Pontigo Loyola, como en el caso del proyecto de captación de votos nuevos.

Finalmente el azar lo llevó con el entonces senador Omar Fayad Meneses, aspirante a gobernador, en los momentos en que apoyarlo parecía un suicido político pero que a Juan de Dios le permitió probar su lealtad y capacidad.

Suplente a diputado local en 2016 por el Distrito de Pachuca, padeció el voto de castigo, para finalmente convertirse en secretario ejecutivo del Consejo de Seguridad del Estado de Hidalgo, que obedece a su perfil penalista y desempeñó un destacado papel.

A sus 43 años es versado en materia de comunicación y operación política; poseedor de un carácter jovial y disciplinado se presentaría como una cara nueva, con plena capacidad para resolver situaciones políticas y conocedor del escenario estatal; hombre preparado que actualmente cursa un doctorado en la UAEH; perseverante, carismático e inteligente.

Para lograr sus aspiraciones deberá contar con consenso, pues algunos califican su experiencia como breve y muestran disgusto ante el hecho de que su hermana, Angélica Pontigo Loyola, sea esposa de Alberto Meléndez Apodaca.

VICTOR HUGO VELASCO OROZCO

Nacido en Tulancingo de Bravo, creció y aprendió la política desde casa a temprana edad debido a que su padre, don Fortino Velasco, fue presidente municipal y diputado local. Por esta razón, siempre mostró soltura en la política.

Es parte al grupo de Miguel Ángel Osorio Chong desde que éste arribó a la Subsecretaría de Gobierno del estado de Hidalgo.

Entre sus cargos está el de secretario particular del exgobernador, se cuentan entre sus tareas el trabajo político en diversas elecciones y la resolución de distintos conflictos sociales que le retribuyó conocimiento del escenario político-social hidalguense y sus personajes.

Más adelante fungió como secretario de Desarrollo Social, hasta 2012, cuando ganó su curul en San Lázaro con la más alta votación de los candidatos a diputados federales en Hidalgo. Trabajó el distrito de Actopan permanentemente apoyando a los 19 municipios, no en vano algunas calles llevan su nombre.

Para 2015 fue coordinador de las Delegaciones Federales de SEDATU bajo la tutela de Jesús Murillo Karam, de quien se dice es amigo cercano, regresando a Hidalgo -en el tenor de sus declaraciones- para pasar más tiempo con su familia.

Una de las características destacadas de Velasco Orozco es la visión para generar beneficios duraderos tanto en SEDESO como ahora en la Delegación de SEDATU (ha trabajado programas que van desde pisos firmes, programa PIA, auditorios, cuarto rosa, canchas, centros de recreación públicos, programas sociales diversos, pavimentaciones en cabeceras y comunidades, cuartos para dialización, etcétera).

Velasco Orozco, a sus 45 años, cuenta con experiencia que lo afianza como líder; militante orgulloso del tricolor, con carácter suficiente y pulso político; carismático, de inteligencia vasta y pragmática; parte de la clase política hidalguense, operador político impecable que entra con diversos grupos y personajes; con habilidades para consensuar, conocedor del trabajo partidista, disciplinado e institucional.

Osorista leal a su grupo, necesita del conceso político para arribar como presidente del tricolor en Hidalgo, pues hay sectores que ponen en duda su parcialidad.

 

El tricolor deberá apostar todas sus fuerzas unidas en torno al siguiente dirigente de partido para lograr conservar fuerzas políticas y número de votantes, consolidar las renovaciones seccionales, municipales y estatales, realizar la operación cicatriz pendiente desde los comicios anteriores, fortalecer el espíritu priista para poder comenzar a sortear los preparativos para 2018.

La urgencia de la renovación tricolor radica en el corto tiempo para arrancar procesos electorales, pues mes con mes disminuye su capital político y unidad, y van a pelear la Presidencia de la República, senadurías, diputaciones federales y locales.

Es necesario acotar que la renovación de la dirigencia es la antesala a la renovación de carteras, sectores y organizaciones, pues difícilmente permanecerá algún titular (a excepción, claro, de Gonzalo Badillo, que se ha convertido en piedra angular), además de la revisión del cuadro de delegados políticos.

El PRI Hidalgo apostará por la unidad, consenso de voces de todos los grupos políticos, acercamiento con su militancia, puertas abiertas y cercanas, para demostrar que en Hidalgo aún no murió el amor priista, todavía.