No se requiere ser muy inteligente ni demasiado instruido para saber que Latinoamérica es ya un continente de desahuciados, donde millones viven en la miseria más espantosa y donde la esperanza de una vida digna es, prácticamente, la quimera del oro.
Cualquiera que haya leído un poquito conoce los términos: “Favelas, Callampas o Ciudades Perdidas”, que lo único que entrañan es miseria y desolación, en el hacinamiento más brutal donde la pobreza tiene rostro de hereje.
Todos conocemos la mendicidad, la pobreza y la carencia de oportunidades sociales; al igual que sabemos que la explotación del trabajo, política y cultural son contundentes y que son utilizadas como forma de control social.
Sin embargo, en América Latina se vive a cuerpo de rey, sí, aunque usted no lo crea. Para los sectores acaudalados y las elites de poder, Latinoamérica es una joya, se vive a toda madre, se explota sin misericordia a base de gobiernos títere, de cofradías y escuadrones de la muerte, de la mordaza informativa, del amedrentamiento y la amenaza.
Así caminan por doquier esos yupis de pacotilla, esos riquillos de plazuela que poco o nada saben y conocen de la pobreza, porque no se ve desde sus aposentos, desde los barrios residenciales, donde no es un dilema de vida o muerte comprar un kilo de tortillas, donde no es un pedo mayúsculo ganarse la vida porque se la tiene asegurada.
En esta realidad asimétrica los menos viven en el paraíso, protegidos por huestes sin alma ni conciencia que reciben prebendas y migajas, mientras los niños en la pobreza tienen lombrices en el estómago, no hablan adecuadamente porque la instrucción es un lujo, no conocen el juego sin cargas de trabajo porque juegan mientras trabajan, y no conocen la libertad porque se las han arrebatado sin decírselo al condenarlos a la miseria.
América Latina es la tina de caca, de podredumbre, de miseria y desolación, no para todos, pero sí para la mayoría que habrá de morir en el discurso demagógico y barato de “se gobierna para el pueblo, por el pueblo y con el pueblo”.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.