Un perro bravo sin bozal es un verdadero peligro para la sociedad.
Más allá de la bravuconada, Donald Trump empieza a perfilar, en los hechos, lo que será su desgarradora actitud política frente a México.
La amenaza de aplicación de impuestos a las compañías automotrices efectuada por Trump, ha sido suficiente para crear incertidumbre en las empresas norteamericanas que intentan invertir fuera de Estados Unidos; la medida es miserable y evidencia el autoritarismo en toda su expresión.
Si este anuncio de Trump ya causó estragos en México, estamos sólo en presencia de la punta del iceberg, porque lo que habremos de vivir en su gestión depara gotas amargas, sin que exista mayor poder de negociación del gobierno mexicano frente a su gestión.
Empero, de acuerdo a las declaraciones del nuevo canciller, Luis Videgaray, México mantendrá una postura de negociación con el gobierno norteamericano y le hará ver las “bondades” de la relación entre ambos países, cuestión que da risa, porque no es el ratón el que le pone el cascabel al gato.
Especulaciones van y vienen, pero en la certidumbre de los hechos, Donald Trump se encuentra radicalizando la geopolítica internacional, cuestión que no sólo queda clara con la actitud desplegada hacia México, sino por la serie de estragos que ya viven las relaciones internacionales.
De perros y culeros.
Es indescriptible la impotencia que genera Trump, que hoy se une al enrarecido clima social que impera en México y, como las calamidades nunca vienen solas, las gotas amargas se multiplicarán con el correr de la administración de este fascista.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.