Los filósofos del lenguaje se han olvidado de sí mismos, consiguiendo con ello también el olvido del objeto original de sus investigaciones; sus estudios destierran de su propia argumentación la condición en que reside su perspectiva de análisis, y aún cuando sus propuestas de resolución expresan su ineficacia en este olvido, el filósofo del lenguaje vuelve a declararse por el mismo suelo argumentativo del destierro. Entonces los problemas se presentan como irresolubles, ello sin contar la sobrada marejada de críticas que lo intentarán mostrar desde un principio. No obstante, aunque para demostrarlo se recurra al suelo olvidado, su propia propuesta nuevamente se declarará por el mismo método, por consiguiente, la misma acusación de olvido. Es esta expresión de disentimiento la que nos revela la vuelta al planteamiento filosófico, sobre todo si advertimos que muchos de sus problemas se conciben únicamente desde este voluntario exilio.
Estas palabras son el punto medular de los planteamientos correspondientes a los problemas filosóficos del lenguaje, y particularmente en este escrito, a la atribución de las actitudes proposicionales. Asumo que tanto paradojas como problemas con respecto al análisis de las oraciones actitudinales, se desarrollan, y desarrollan su sentido, en un planteamiento que intenta resolver los problemas desde “afuera”, i.e., a través de una concepción trascendental de la filosofía. En esta pretensión se identifican los modelos filosóficos de “espectador” del mundo, las consideraciones de una disciplina que permite la contemplación en total y los supuestos del lenguaje como objeto trascendental. Desde luego, algunos planteamientos filosóficos del lenguaje se han sacudido del componente metafísico tradicional, pero en su mayoría las propuestas no dejan de explicarse desde una posición privilegiada, intentando resolver los problemas desde “arriba”. En este sentido no podemos hablar de legitimidad de los problemas sino hasta corregir el carácter de su entendimiento: el planteamiento.
El presente escrito no es una solución a los problemas que presenta el análisis de las oraciones para actitudes proposicionales. La razón no es simple, ya que me propongo a mostrar que las fallas de resolución consisten en los criterios para desarrollar los planteamientos tradicionales, y con ello esclarecer no sólo el planteamiento mismo, sino el objeto de la investigación. Evidentemente esto puede suscitar extrañamiento y reclamo, pues es de esperarse que cualquier tratamiento de estos problemas debe arrojar algún tipo de contribución, por mínima que sea, al conjunto de alternativas de resolución. Y por ello la razón no es simple, pues no niego una contribución, pero de tratamiento distinto. Quiero decir que si me propusiera una solución a estos problemas, tendría necesariamente que seguir el mismo camino; tendría, pues, que asumir los problemas ya planteados, lo que precisamente pretendo analizar. Pero entonces puede surgir otro reclamo, el cual comprensiblemente justifico: la gestación de los nuevos problemas requerirá, en todo caso, de un tratamiento nuevo, de una perspectiva por completo distinta. La crítica delineará la investigación consecuente.
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Por: Serner Mexica
Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".