Renuncia
Francisco y Ángeles, ambos presos. Un militar hace pasar a Lascuráin, quien sostiene un sobre. El militar sale.
LASCURÁIN: Señor presidente.
FRANCISCO: No voy a renunciar. Ya se lo hice saber a Huerta.
LASCURÁIN: Es lo que todos piden. La única manera de acabar con el conflicto.
FRANCISCO: (pausa) ¿Cree usted que voy a dejar el país en manos de un siervo de los Estados Unidos?
LASCURÁIN: No sé por qué me dice eso.
FRANCISCO: No lo sabe. ¡Váyase, Lascuráin! No se siga humillando.
LASCURÁIN: (deja el sobre) De todos modos aquí se la dejo. Por si cambia de opinión.
FRANCISCO: ¡¡Váyase!!
LASCURÁIN: También le dejo esto. (una bolsita de tela) Y piénselo bien. No por usted, piense en su familia.
Lascuráin sale. Francisco abre la bolsa.
FRANCISCO: El ojo de vidrio de mi hermano. (pausa larga) No es lo que debo hacer, Ángeles; pero sólo con mi renuncia salvaré la vida de mi esposa.
Continúa XXXII
Por: Serner Mexica
Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".