Mis únicos y queridos lectores, fue Sigmund Freud que desde el esquema del Psicoanálisis develó que los seres humanos tenemos dos instintos de preservación: Eros y Tánatos.
El Eros es el instinto de vida o construcción, y el Tánatos es el instinto de muerte o destrucción. Ambos se entrelazan en la cadena psíquica para preservar a la persona y se presentan de múltiples formas. Un ejemplo del Eros se presenta cuando comemos, el ingerir alimento construye vida, pero para poder construir vida desde la alimentación, cuando ingerimos esos alimentos, los destruimos en nuestra boca al masticarlos, aquí Eros y Tánatos se entrelazan y preservan la vida.
Pero no intento aquí develar los vínculos del Eros y el Tánatos sin que ello, invariablemente, lo lleve al análisis político.
He insistido en otras emisiones que la crisis política por la que atraviesa la derecha la ha llevado desde sus élites económicas y políticas a utilizar a su maquinaria partidista para destruir y obstruir (Tánatos) todo lo que emprendan los gobiernos de Morena en el poder.
El gobernador Julio Menchaca, en un planteamiento contundente -que desde sus entrañas lógicas perfila la Unidad Planeación y Prospectiva del ejercicio de gobierno que ha apuntalado Miguel Tello y la Contraloría a cargo de Álvaro Bardales- ha trazado un esquema de expansión del patrimonio y propiedad pública como estrategia de desarrollo económico, en un plano que preserve la austeridad republicana (Eros), que en la construcción de inmuebles públicos evitará el pago de rentas, demoliendo la lógica de buitres o mercenarios de mercado que al amparo de proveer infraestructura en renta al aparato público lucraron por décadas de manera brutal con el erario público de Hidalgo.
En este trazo, el gobernador Julio Menchaca instó al Congreso de Hidalgo para que, sin ocasionar deuda pública, se reorientara el presupuesto y se puedan construir los inmuebles necesarios para incrementar el patrimonio gubernamental y disminuir los impactos de renta de inmuebles e infraestructura. Esta condición fue aprobada por la bancada de Morena y la bancada del PRI, instada por su líder Marco Mendoza y Montcerrat Hernández, votaron en contra.
La lectura analítica del voto en contra de la reorientación presupuestal para que el gobierno de Julio Menchaca pueda expandir el patrimonio inmobiliario gubernamental en Hidalgo no es otra cosa que el instinto de supervivencia política destructivo (Tánatos), que le “permite” a la derecha dar un mensaje de que existe dispendio público en el gobierno de Julio Menchaca, y que es mejor seguir rentando inmuebles y atender las necesidades apremiantes o urgentes de la población con ese dinero que se erogará.
Siempre, invariablemente, será más fácil destruir que construir.
Esta votación en contra realizada por el PRI en el Congreso de Hidalgo, devela una realidad que a vox populi es y fue odiosa en el manejo de “juez y parte” en el ejercicio de gobierno de la casta del antiguo régimen, que se enriqueció a costa del erario y presupuesto público (datos duros sobran para probar esto).
Quiero citar un episodio que salió de las entrañas de la crisis política que vive la derecha y, en particular, el PRI en Hidalgo.
Cuando entrevisté al exgobernador Francisco Olvera, que se encontraba en plena campaña política para acceder a una diputación federal, acusó al entonces presidente municipal de Pachuca, Sergio Baños Rubio, de haberse enriquecido con contratos que sostuvo con el PRI desde su empresa de publicidad cuando era un militante de cuadros decisorios en el tricolor. Más aún, frente a la defección de Sergio Baños del PRI, lo acusó de “traidor”, cosa que también hizo Benjamín Rico, y también en entrevista que realicé a Carolina Viggiano, indicó que “cómo querías, Carlos, que el PRI ganara en Hidalgo cuando tuvimos un pésimo presidente municipal”, refiriéndose a Sergio Baños. El pueblo a esto le llama “no me defiendas, compadre”.
Este escenario devela con contundencia que las fuerzas del antiguo régimen utilizaron el erario y fondos públicos siendo “juez y parte”, y creando despropósitos que favorecieron intereses privados con fachada pública, el infausto caso del FOBAPROA alecciona a flor de piel lo dicho.
Del Tánatos para preservar el Eros político, la derecha hace un uso que debería analizar para establecer una autocrítica necesaria para salir del efecto placebo de la destrucción política y trascender a un proyecto de nación.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.