Pandemia económica

No terminamos de curar las heridas de la pandemia del Covid, cuando ya tenemos encima una pandemia económica a veleidad de los intereses norteamericanos, lo que no permite asumir la construcción de lo cotidiano sin sobresaltos sociales.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

El anuncio de la disminución de las deportaciones de migrantes de Hidalgo entre el fuego cruzado de la guerra de los aranceles que ha iniciado el gobierno de Donald Trump y que mantiene en vilo al planeta, se cierne como un alivio dentro de la estabilidad económica y social que se ha reforzado con la creación del Plan Hidalgo por la administración de Julio Menchaca.

 

Empero, el perro rabioso no deja de morder y los frentes de agresión política y económica del gobierno de Washington, mis únicos y queridos lectores, no ha cejado y el vendaval sigue sin que exista un solo análisis verosímil que indique sobre el recuento de los daños en el orbe.

 

En Toluca, México, la Holding Stellantis, productora de la marca Jeep y Ram, anunció en Estados Unidos un recorte temporal de 900 empleado y un paro técnico” en México, el cual ha caído como un balde de agua fría sobre la implementación y respuesta del Plan México que intenta fortalecer el mercado interno y que dio marco al Plan Hidalgo.

 

Lo cruento de la guerra de los aranceles es que detrás de la narrativa de sus estragos económicos se encuentra la estabilidad social en el mundo; la cual está experimentando una construcción de futuro político incierto desatado por el gobierno de Donald Trump y que ha transformado drásticamente la configuración de esquemas de gobierno a nivel internacional tratando de contener esta pandemia económica.

Las calamidades nunca vienen solas.

 

No terminamos de curar las heridas de la pandemia del Covid, cuando ya tenemos encima una pandemia económica a veleidad de los intereses norteamericanos, lo que no permite asumir la construcción de lo cotidiano sin sobresaltos sociales. El impacto masivo a nivel mundial ha creado imaginarios colectivos que mantienen anomalías mentales y una seria depresión en aquellos hogares donde las fuentes de empleo se han perdido debido a la guerra de los aranceles, recortes públicos y medidas de austeridad que ya se perfilan en diferentes gobiernos.

La incertidumbre social se articula en las redes sociales y se ha generalizado, creando una tendencia negativa en el ánimo social y supeditando casi cualquier realidad a los estragos de la economía mundial.

 

El fatalismo no es sólo un planteamiento reactivo a nivel social, sino un efecto lógico de la incertidumbre de la economía de mercado que nos muestra cómo los gobiernos y los grandes emporios económicos juegan como marionetas con la sociedad. Cuestión que vuelve la reflexión sobre el “Estado fallido”, en este caso, fallido porque los apetitos de mercado inciden en el cambio de vida y de muerte de millones de personas.

 

La neorreacción internacional de diferentes gobiernos y actores ha construido un temerario anuncio sobre que no hay futuro en el mundo, que, de una vez por todas, debemos entender que la sobrevivencia de la mayoría de la población en el planeta se presenta en un neoesclavismo, del cual no nos podemos sustraer y que estamos siendo la carne de cañón de una cruenta guerra económica de intereses imperialistas de Estados Unidos.

 

La pandemia económica en la que nos encontramos, mis únicos y queridos lectores, nos lleva nuevamente a una decepción social, porque no se trata de enfrentarnos a la vida en base a nuestras capacidades y esfuerzo de trabajo, porque de manera externa, las variables que inciden en el etnocentrismo económico y político del gobierno de Estados Unidos, al declarar una guerra arancelaria, nos ha declarado la guerra a la humanidad.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.