Hoy que están de moda los intentos de desafuero en la palestra política de la nación, mis únicos y queridos lectores, sobresale la desestimación del desafuero de Cuauhtémoc Blanco por la Cámara de Diputados, del cual el líder del PRI Hidalgo señaló con justa razón que “el PRI no apoya a Cuauhtémoc Blanco, que se vaya a la cárcel si cometió un delito” -aunque el PRI no apoyó su desafuero en el Congreso-, pronunciamiento que no se llevará a cabo porque al “Cuau” ni se le ha probado un delito ni fue desaforado. ¿Por qué el PRI no apoyó en la Cámara de Diputados el 25 de marzo el desafuero de Cuauhtémoc Blanco, si habitualmente todo sobre lo que se pronuncia Morena el tricolor va a contracorriente? Nadie sabe, nadie supo la triste historia del exjugador del América.
Empero, frente a que en la Cámara Baja de la nación resultó inadmisible el juicio de desafuero de la exestrella del balompié mexicano, la derecha se ha volcado en una guerra mediática que trae al pobre del “Cuau” como calzón en tendedero, guerra en la cual nuestro acostumbrado y querido Chumel Torres ha salido al quite para aplaudir el cartón de un monero que muestra al “Cuau” barriéndose en una jugada futbolera sobre la justicia en México.
Sin embargo, más allá de un sainete público, el fuero político es una figura que debe ser revisada en la estructura legal de la nación.
El fuero de un servidor público implica que su actuación está blindada para que nada obstruya su labor, lo cual no significa que esta figura legal pueda o deba ser utilizada para respaldar un delito o acto delictivo.
El fuero político es una figura europea que en Occidente cobró fuerza y, en más de alguna ocasión, ha sido utilizada para defender lo indefendible, por ello es necesario revisar sus alcances y democratizar su estructura legal. En este trazo, es necesario que se presente una reingeniería constitucional sobre múltiples procesos y figuras que pueden debilitar la democratización que actualmente vive la nación.
Empero, la guerra mediática que la derecha ha utilizado sobre el pronunciamiento de desafuero en contra de Cuauhtémoc Blanco no mide de la misma forma el pronunciamiento de desafuero contra Alejandro Alito Moreno, líder vitalicio del PRI, al cual la izquierda le ha fincado más de un acto ilícito y ha creado más de un zafarrancho público. Vale la pena preguntar: ¿también sobre este caso, Marco Mendoza, líder del PRI Hidalgo, se pronunciará sobre que si Alito es culpable de un delito que vaya a la cárcel?
La ciudadanía no otorga su credibilidad en la palestra pública a ciegas. Es por ello que uno de los mayores déficits que presenta la democracia y su representatividad partidista en México es su credibilidad debido a que históricamente han sucedido tantas tropelías, más allá de la discusión sobre el fuero político, que la sociedad ha quedado vulnerada y lastimada y, en múltiples ocasiones, engañada frente al encargo de servidores públicos que no presentaban escrúpulos ni probidad pública.
¿Se acuerdan del infausto alcalde que gritó a los cuatro vientos: sí robé, pero también le di dinero al pueblo?
El fuero político deberá ser revisado para garantizar la entereza y probidad de los servidores públicos que lo poseen, de lo contrario el déficit de probidad pública también incidirá en el déficit de una democracia incompleta donde la ciudadanía ha sido históricamente engañada.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.