La presidenta Claudia Sheinbaum ha reconocido la lucha y reivindicación histórica de la mujer en México, pronunciándose por la inclusión como factor de cambio político-social que, en Hidalgo, desde la gestión del gobernador Julio Menchaca, ha refrendado el compromiso de hacer de la paridad sustantiva de género el instrumento reivindicatorio del tejido social femenino en la realidad social.
Hidalgo ha vivido una intensa jornada de reivindicación y lucha social del 8M. La marcha feminista ha causado, nuevamente, un llamado a la conciencia social para situar la lucha histórica por reorientar las estructuras del Estado en México y dar con ello el salto cualitativo hacia una era donde la horizontalidad social se erija como una realidad sin cuestionamientos.
En el marco de la conmemoración del 8M, el secretario de Gobierno, Guillermo Olivares, ha indicado que los trabajos con mujeres y colectivos feministas en el gobierno de Hidalgo han perfilado un diálogo para que las estructuras institucionales depuren cualquier anomia contra la inclusión y la paridad sustantiva de género. Garantizar que la sociedad cuente con horizontalidad en derechos y obligaciones es el epicentro de la responsabilidad gubernamental.
En este trazo, no queda inadvertido dentro de los escenarios políticos el hecho que en el marco de la Reforma de Alternancia Política de Género, Hidalgo en la sucesión transexenal 2028 habrá de escenificar el ascenso de la primera mujer en el Poder Ejecutivo de la entidad, condición histórica que requiere una revisión analítica de sus implicaciones.
I. La Reforma de Alternancia Política de Género
La limitada movilidad de cuadros en los partidos políticos de Hidalgo ha marcado una restricción significativa en el ascenso de las mujeres que, pese a contar con cuotas de género a nivel de la ingeniería electoral, no se han visto plenamente incorporadas a los proyectos políticos de sus partidos, por lo que la transición electoral 2028 se encuentra en vilo con un número limitado de contendientes.
II. Conducción política femenina
La precaria capilaridad de paridad sustantiva de género en los partidos políticos, se une a que las estructuras directivas también adolecen de liderazgos femeninos, los cuales han sido obstruidos creando un déficit de representación y conducción política femenina en sus estructuras.
III. Una realidad social excluyente
Entre los resabios detectados por la presidenta Claudia Sheinbaum en torno a la paridad sustantiva y horizontalidad social se encuentra el hecho de que la estructura patriarcal desde la que fue edificado el aparato de Estado en su Contrato Social, permea hacia una realidad social excluyente en México. La discusión y reflexión no es menor, debido a que el Estado en sí mismo es una estructura de reproducción ideológica -como señaló Louis Althusser-, por lo que su condición patriarcal en México creó mecanismos conductuales de interpretación de la realidad social que incidieron e inciden en la exclusión femenina.
La deliberación sobre la paridad sustantiva de género no está concluida en México. Esto se debe a que las corrientes feministas que guían mucho de los corrillos de deliberación tienen diferentes posturas, algunas encontradas y otras dispares. Esta situación no ha creado una simetría identitaria que permita trascender al Contrato Social, ocasionando que la ingeniería constitucional sólo genere remedos o enmiendas, pero no una verdadera reingeniería.
El 8M es el rostro de una lucha social reivindicatoria feminista que apenas inicia a modelar las estructuras del gobierno, por lo que sus batallas no han concluido para generar ese México de inclusión y horizontalidad social que reivindique a la mujer y su devenir histórico.
