En estos días aciagos y de extravío político de las fuerzas de la derecha en Hidalgo, los despropósitos políticos de las fuerzas del PRIAN en el Congreso local advierten que no enderezarán el rumbo de su conducción social, precisamente porque no cuentan con un proyecto político para encauzar a la sociedad.
A nivel federal y local, las fuerzas del PRIAN en la Cámara de Diputados se encuentran en un marasmo de tal magnitud que el naufragio del Titanic asemeja un día en el parque ante las flaquezas de la vieja guardia política que no encuentra el rumbo que le pueda devolver el poder y el protagonismo que ha perdido.
En esta fractura de conducción política la comparecencia de diputadas y diputados de las fuerzas de la derecha en el Congreso de Hidalgo no bosqueja el peso político de una verdadera oposición que marque y corrija el tránsito histórico de la transformación nacional. Sus deliberaciones se esgrimen como diálogos de sordos, donde cada vez que intervienen, las y los diputados de Morena les leen la cartilla y les recuerdan las inconsistencias y juegos de poder del antiguo régimen, debilitando y demeritando cada acción que intentan emprender en el Congreso local. Esto vuelve a la arena de legislación política, un juego de párvulos para las fuerzas de Morena que conducen al kindergarten a las fuerzas de la derecha.
¿Cómo se sacudirán las fuerzas políticas del antiguo régimen el peso de una historia fallida en Hidalgo y la nación?
No existe un diagnóstico pleno de objetividad para señalar la ruta que deben emprender las fuerzas del antiguo régimen para recuperar la confianza ciudadana, pero es positivo prescribir algunos aspectos centrales.
I. Proyecto político de nación
El PRIAN requiere presentar un proyecto político de nación. Las fuerzas de la derecha no pueden sustraerse a la lectura de la realidad política que exige trazos lógicos de conducción social. Sin embargo, es tan aplastante el peso de la historia que construyeron que prácticamente cualquier dimensión que pretenden encauzar para la ciudadanía resulta retórica sórdida y vacía.
II. Interlocución partidista
Los partidos de la derecha en México han dejado de ser interlocutores válidos para la ciudadanía, que los percibe como monstruos gatopardistas que andan al acecho público para hacer del poder político el juego de tronos de un poder que no los representa.
III. El partido como intelectual orgánico
La estructura de los partidos de la derecha no sólo se ha anquilosado, sus principios -si alguna vez los tuvieron- no presentan el peso de aproximación a la realidad política y su estructura de mando vertical ha alejado a sus bases militantes y simpatizantes de lo que implica una conducción intelectual y orgánica de la toma del poder del Estado.
IV. La retórica demagógica
Ante la carencia de las premisas anteriores, la retórica de las fuerzas de la derecha es sólo demagogia para la comparsa política, por lo que los tiempos de los grandes ideólogos, como Don Jesús Reyes Heroles, son archivo muerto.
V. El “renovado populismo”
En una carencia de imaginación política plena el populismo de la derecha ha perdido, inclusive, los mecanismos de cooptación que la hicieron ser juez y parte de la escena política nacional. Ese populismo mesiánico y nacionalista hoy se ve derrotado por la revolución de las conciencias del Humanismo Mexicano, que es la bandera del destierro del populismo.
La “renovación del populismo en Hidalgo” de las fuerzas de la derecha es el epitafio que indica que sin proyecto de nación ni interlocución política partidista la conducción social es poco menos que el apocalipsis de su historia.
