Se desmorona el bastión del antiguo régimen

Hidalgo brinda elementos para la comprensión de la crisis política que vive el antiguo régimen en todo el país, algunos de estos elementos son: caciquismo y clientelismo, la fuerza y capital político que se repartía por relaciones familiares, la estructura burocrática (es del “grupo de tal”), la cúpula que segregaba a las bases y la instauración de una ingeniería constitucional que amparaba el control del poder político.

Materialmente se desmorona el bastión del antiguo régimen en Hidalgo. No existe espacio o dimensión política en México donde la derecha no se encuentre impugnada y enclaustrada por la deuda histórica que le infringía a las y los mexicanos, que en su gran mayoría se han quitado la venda de los ojos y ya no aceptan ser conducidos como una sociedad ciega y callada como ocurrió en esa fatídica historia que edificó, cruentamente, el antiguo régimen.

 

Retrotraer la historia política hace posible comprenderla, sus nexos invariables con el presente continuo y cambiante permiten que el análisis aleccione de manera contundente, y por doloroso que resulte para el juego de intereses de la casta política del antiguo régimen que se encuentra reducida a cenizas y que parece añorar, como el ave fénix, su regreso al control del poder del Estado.

 

Como laboratorio político, Hidalgo permite con amplitud brindar elementos para la comprensión del fenómeno de la crisis política de las fuerzas de la derecha en el país, que hoy son avasalladas por la voluntad ciudadana que se ha volcado en torno al proyecto de Morena.

 

I. Del caciquismo al clientelismo político

Hidalgo es la radiografía inmejorable de cómo el PRI se erigió como un partido de caciques que operaron segmentando en regiones a uno de los estados más pobres del país. La intervención de los caciques fue vital para cooptar desde células vecinales los votos y fuerza política que se construían en la prebenda y posicionamiento público, mientras se repartían dádivas en un mercado político clientelista.

 

II. La casta regional

La herencia de la fuerza y capital político se repartía a título de relaciones de parentesco, donde en cada región del estado operaba una estirpe con nombre y apellido. Esto aseguraba al PRI que el poder quedara en manos de una herencia familiar, de allí que el apellido se convertía en heráldica política, por lo que cada región tenía nombre y apellido del dueño.

 

III. La estructura burocrática

La operatividad política era al tiempo operatividad de gobierno. La estructura gubernamental estatal y los ayuntamientos engrosaban cuerpos de burócratas en una intrincada cadena de grupúsculos que le debían obediencia a sus líderes, por lo que la frase es del grupo de tal no era ajena para distinguir la fuerza política, la pertenencia e, inclusive, la identidad política al interior del bastión priista en el gobierno.

 

IV. La cúpula del PRI

El partido se erigió como una maquinaria política de Estado. El juego de intereses y grupos de interés al interior del partido se movían lentamente debido a la concentración del poder de los cuadros de cúpula. Esto explica que la herencia y estirpe de las familias que lo dominaban, extendieran su poder de generación en generación, cerrando el núcleo político, excluyendo y segregando a la base militante del reparto de dividendos del gobierno y el Estado.

 

V. La antidemocracia

La instauración de una ingeniería constitucional que amparaba el control del poder político es vital para entender el poder del PRI por más de siete décadas en la nación y nueve en Hidalgo. Las reformas del Estado eran una disputa no menor de la expansión del poder político, pero debían ser sutiles; a cada dosis de represión política la acompañaba el maquillaje o cosmético democrático, como lo implicó la representación plurinominal, por lo que de cuando en cuando la opresión y represión política se asestaba con golpes focalizados a la oposición y, a cuentagotas, se entregaba el maquillaje democrático que en realidad era el gatopardismo puro de la antidemocracia.

 

Estos rasgos distintivos de la estructura de poder de las fuerzas del antiguo régimen le permitieron y permiten pervivir porque no se puede modificar la ingeniería constitucional de su legado de la noche a la mañana. Sin embargo, el legado del antiguo régimen fue la caja de Pandora que lo llevó a su extinción o lo que los expertos llaman “el meteorito del parque jurásico”.

 

¿La ciudadanía volverá a creer en las fuerzas políticas del antiguo régimen?


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