Xenofobia: “Lo que sufrimos en EE.UU., lo replicamos en Hidalgo»

En Hidalgo, la xenofobia hacia los migrantes de otros países refleja el mismo rechazo que enfrentan los mexicanos en Estados Unidos.

La historia se repite, pero ahora desde el otro lado. Mientras los mexicanos en Estados Unidos exigen respeto y denuncian la discriminación que enfrentan, en Hidalgo crece un sentimiento de rechazo hacia los migrantes extranjeros que buscan refugio en el estado. La ironía es evidente: los mismos argumentos racistas que se usan contra nuestros compatriotas en el extranjero, hoy se replican en casa.

En entrevista con Effetá, Manuel Aranda Montero, titular de la Oficina de Atención al Migrante del Gobierno de Hidalgo, alertó sobre esta preocupante tendencia. Señaló que algunos sectores de la sociedad muestran una actitud xenófoba y racista, similar a la que enfrentan los mexicanos en EE.UU.

Un ejemplo claro, dijo, es la indignación de algunos ciudadanos ante la construcción de un albergue para migrantes en el bulevar Santa Catarina de Pachuca, argumentando que esos recursos deberían destinarse a otros temas como la reparación de calles.

“¿Por qué no se indignan cuando en Estados Unidos los gobiernos locales y estatales apoyan a nuestros migrantes hidalguenses? Allá, en algunos casos, se reconoce su aportación, pero aquí repetimos los discursos de odio y exclusión que sufrimos fuera”, cuestionó Aranda Montero.

Las mujeres y menores migrantes: un sector en riesgo

El rechazo social no es el único problema. Hidalgo enfrenta un aumento significativo en la migración femenina y de menores de edad. Durante enero y septiembre de 2024, 3 mil 677 hidalguenses fueron repatriados, de los cuales 794 eran mujeres. Aunque los hombres aún son mayoría (2 mil 873), el crecimiento de la migración femenina es evidente y podría haber superado las mil mujeres al cierre del año.

En el caso de los menores, 408 fueron deportados, de los cuales 263 eran niños y 145 niñas. La proporción más equilibrada entre géneros en este grupo preocupa a las autoridades, ya que podría reflejar un aumento en la vulnerabilidad de las niñas y adolescentes en su intento de cruzar la frontera.

“Nos preocupa mucho porque esto podría estar relacionado con redes de explotación o trata de personas. No tenemos certeza, pero es un foco de alerta que no podemos ignorar”, advirtió Aranda Montero.

El espejo de la discriminación

Paradójicamente, los migrantes de otras nacionalidades que llegan a Hidalgo enfrentan una situación similar a la de los mexicanos en Estados Unidos: rechazo, prejuicios y falta de oportunidades. Muchos desempeñan trabajos que los locales no quieren hacer, como lavar autos o cargar mercancía en la Central de Abastos, tal como los mexicanos lo hacen en el extranjero.

Sin embargo, en lugar de reconocer su esfuerzo y dignificar su labor, sectores de la población los ven como una carga. “Es la misma narrativa que Trump usó para criminalizar a los mexicanos. Nos acusaban de quitar empleos, de ser delincuentes, de traer problemas. Hoy en Hidalgo, algunos repiten ese discurso contra los migrantes latinoamericanos”, señaló el funcionario.

Hidalgo ante el reto migratorio

El Gobierno de Hidalgo ha implementado medidas para atender esta crisis, anunciadas por autoridades estatales y federales la semana pasada en el auditorio Gota de Plata, pero el problema va más allá de la infraestructura, apoyos sociales y programas gubernamentales: se trata de un cambio de mentalidad.

“Debemos tratar a los migrantes como queremos que traten a nuestros paisanos en Estados Unidos”, insistió Aranda Montero.


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