Adhesión política o crisis de representatividad en Hidalgo

En Hidalgo, las fuerzas de oposición han iniciado un proceso de adhesión política que responde no sólo a su responsabilidad con la nación, sino como un signo inequívoco de su crisis de representatividad.

Los valores democráticos asociados a la institucionalidad política en Hidalgo en el gobierno de alternancia de Julio Menchaca han sufrido un cambio significativo en la reconfiguración del sistema político, donde las fuerzas de oposición han iniciado un proceso de adhesión política que responde no sólo a su responsabilidad con la nación, sino como un signo inequívoco de su crisis de representatividad.

 

En este marco de reconfiguración democrática, en respuesta al pronunciamiento de adhesión política de las fuerzas de oposición de la LXVI Legislatura del Congreso local del PRI, PAN y PRD, el gobernador dejó un mensaje, cuyo pronunciamiento debe ser analizado en un escenario álgido de desencuentro entre el gobierno de Washington de Donald Trump y el gobierno de izquierda de la presidenta Claudia Sheinbaum al considerar: Estamos en un momento histórico que nos obliga a dar una muestra de unidad. Tenemos la oportunidad de mandar un poderoso mensaje de que hoy el interés superior de la patria prevalece sobre cualquier interés personal”.

 

El análisis crítico de estas palabras no presenta el velo de un matiz nacionalista, sino la conciencia cierta de que no pueden existir querellas políticas frente a una coyuntura internacional de agresión contra la soberanía de México.

 

Sin embargo, ¿qué existe más allá de la adhesión política de la oposición desde la LXVI Legislatura de Hidalgo en el contexto de la crisis de representatividad de la derecha y sus enclaves de poder?

 

La respuesta empíricamente es lineal. Han existido en el país acuerdos expresos desde la cúpula económica y sus fuerzas partidistas para exponer como desacierto político los programas que la presidenta Claudia Sheinbaum ha emprendido para blindar tanto la deportación de connacionales y su inserción en el país, como la respuesta a los aranceles con tasa del 25% que violan el TMEC por parte del gobierno de Trump, que también mantienen en vilo al gobierno de Canadá.

 

En este entretelón gubernamental, no existe virtud expresa en la adhesión política de las fuerzas del PRIAN+PRD en Hidalgo a la gestión del gobernador Julio Menchaca, sino un maquillaje montado que enuncia tanto la crisis de representatividad de la derecha como su impotencia frente a la respuesta de operatividad política y administrativa de la presidenta Claudia Sheinbaum a la agresión del gobierno de Washington.

 

En una suma de trayectos paralelos pero conexos a la realidad política del gobierno de Julio Menchaca, tanto los nculos de adhesión de la UAEH y el Grupo Universidad como el acercamiento del Grupo Pachuca en consonancia a sus operaciones en Hidalgo, pretenden legitimar no sólo sus intereses de grupo, sino crear un entretelón de mimetismo político y social, al estilo de la adhesión política de las fuerzas de oposición del PRIAN+PRD de la LXVI Legislatura.

 

La crudeza de estos encuentros con el Poder Ejecutivo de Hidalgo no es aleatoria en modo alguno.

 

Debemos retrotraer el análisis de hechos inmediatos como la reforma al monopolio jurídico del Poder Judicial, como la Caja de Pandora de la reforma política de alternancia de género; vectores que han hecho colapsar a la oposición del antiguo régimen que ha intentado ensuciar la actuación del INE y detener, en el caso concreto de la operatividad de la reforma del Poder Judicial en Hidalgo, su instrumentación, aletargando la necesidad vital de homogeneidad de funciones en la marcha del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.

 

Si algo nos legó Nicolás Maquiavelo para el análisis político en sus escritos sobre “La última década de Tito Livio” es que las lisonjas de tus enemigos son el prolegómeno de su debilidad y, en múltiples ocasiones de la historia, el punto de quiebre de la traición política.

 

Si, en definitiva, el gobernador Julio Menchaca tiene razón, estamos en un momento histórico donde debe primar la unidad de la adhesión política, pero no como signo inequívoco de la crisis de representatividad de las fuerzas de oposición del antiguo régimen.


ARCHIVADO EN:
, , , , , , , , , , , , , , ,