Hidalgo se alista para recibir la temporada de carnavales, una festividad que llenará de color, música y tradición las diferentes regiones del estado. Estas celebraciones, que anteceden a la Cuaresma, iniciarán en febrero de 2025 y culminarán entre la primera y segunda semana de marzo, destacando las particularidades de cada municipio.
En Atotonilco de Tula, por primera vez, se fusionarán las bandas de viento con rituales ancestrales llenos de simbolismo. Por su parte, en Tlaxco, comunidad de Metztitlán, la tradición se remonta a más de 100 años con un desfile, un festejo y una toreada que se extienden por tres días.
En Huejutla, los carnavales rompen con símbolos religiosos y rinden homenaje a los seres del inframundo. Con tocados de plumas y máscaras de tela, los participantes culminan las festividades con la danza de fuego, un ritual donde se invita al señor de las tinieblas a regresar al bajo mundo, guiado por el capitán mayor y sus aprendices.
En Molango, el meco tradicional de la Sierra Alta resalta con sus colores negro y rojo, mientras que en Calnali y Mixquiahuala de Juárez la creatividad se refleja en personajes como el comanche, la dama, los viejitos y la muerte, que llenan de vida los desfiles.
Durante cuatro días, Juárez Hidalgo se convierte en un escenario vibrante, con bailes, música que mezcla bandas de viento y melodías huastecas, y una toreada que reúne a las cuadrillas en honor a la tradición.
Los carnavales en Hidalgo no sólo son un espectáculo visual, sino una celebración de todos los sentidos. La venta de artesanías y comida típica complementa la experiencia, permitiendo a locales y turistas conectarse con el alma de los pueblos hidalguenses.
Para este 2025, el gobierno estatal, a través de la Secretaría de Turismo, invita a vivir esta experiencia única, donde la historia y la cultura cobran vida en cada rincón del estado.