A 100 días de asumir la Presidencia Municipal de Molango, cargo que alcanzó gracias a la alianza con el excandidato suplente del PT, quien renunció a media campaña para sumarse a la cauda morenista, Isabel Ramírez Mercado ha venido dando tumbos en su curva de aprendizaje, donde a decir de muchos sigue pensando que la función pública es lo mismo que estar mandando desde el despacho donde tomaba decisiones a su capricho y antojo.
El primer revés y escándalo que se le vino encima fue cuando sus policías municipales fueron denunciados por la agresión y lesiones que sufrieron un grupo de jóvenes durante la noche de los festejos patrios, apenas 10 días después de que entrara en funciones como alcaldesa.
Al respecto, familiares de Killary, Jesús y José Ángeles exigieron justicia, después de que los tres jóvenes fueran golpeados presuntamente por los policías de Molango, tras ser llevados a barandillas por una supuesta falta administrativa. Señalaron que Killary resultó el más afectado por los golpes. Y pese a todo, los guardianes del orden no recibieron ningún tipo de sanción.
Semanas después, Isabel Ramírez se confrontó con un pintor de arte local, de quien mandó destruir unas pinturas que se encontraban dentro del auditorio de la presidencia municipal, hecho que fue considerado como una acción arbitraria y que retrató la soberbia de la alcaldesa, quien no tuvo ningún asomo de habilidad política, mucho menos de sensibilidad, para evitar deshacer las pinturas que durante años decoraron las paredes de ese edificio público.
Otra de las malas prácticas de la presidenta y que ya son un secreto abierto, es que presuntamente se la pasa descontando el sueldo a los trabajadores, incluso en sus días de descanso ella busca la manera y les finca descuentos. Lo que ha ocasionado que la molestia entre los burócratas del ayuntamiento sea cada vez mayor.
Por otro lado, en el idilio político que ha despertado suspicacias hacia el interior y también hacia fuera, por la polémica relación administrativa con el secretario municipal Silviano Hernández, mientras que hace algunas semanas sostuvieron fuertes diferencias que los distanciaron, hoy hay quienes interpretan tal descontento como parte de una muy adelantada estrategia para posicionarlo desde ahora; sin embargo, se trata de un mal cálculo político y muy anticipado desgaste para ambos.
Pero mientras se llega ese plazo, por ahora son notorias las peleas del secretario con los hermanos de Isabel Ramírez quienes son los que, mal que bien, la asesoran, sin que le importe los escándalos de nepotismo que se han denunciado en las recientes fechas en varios ayuntamientos.
Pero los pleitos de la alcaldesa no sólo son contra sus propios gobernados, ni al interior de la presidencia municipal o, incluso, con las rencillas familiares, sino que también le alcanza el tiempo para generarse conflictos con otros municipios vecinos, como es el caso de Tianguistengo, hasta donde ha dado la indicación para ir a tirar los desechos sólidos de Molango, lo que ya empieza a generar un conflicto con el alcalde de aquella demarcación.
Apenas son 100 días y la presidenta ha dado más problemas que resultados, producto de su falta de tacto político. Lamentablemente para sus gobernados, aún le falta mucho tiempo por recorrer y la esperanza es poca de que pueda lograr acciones concretas que verdaderamente ayuden a la ciudadanía.