De acuerdo al guion de Marc Blobaum, Jan Braren y el propio realizador, Stella (la espléndida Paula Beer) es una joven que quiere triunfar como cantante en Broadway, pero a quien la Guerra sorprende en Berlín.
Aunque sus padres se negaban a partir, con horror se percatan como amigos y parientes comienzan a ser enviados a los campos de exterminio y cuando quieren huir es demasiado tarde.
Aunque Stella incursiona exitosamente en el mercado negro de pasaportes, es detenida y golpeada, y la única manera de salvarse es entregando a sus conocidos.
Stella es en este sentido una víctima que se transforma en verdugo, por lo que será juzgada por las autoridades aliadas al término de la guerra y vivirá siempre con el remordimiento.
El director de Gladbeck no juzga al personaje, y llega a cuestionarse hasta donde llegará una persona para salvarse, recordando la clásica Lacombe Lucien de Louis Malle.
Stella es pues un crudo filme que no hay que perderse, que cuestiona hasta dónde puede llegar una persona para salvar su vida y la de quienes ama.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.