El primero en abandonar la nave fue Miguel Ojeda, quien dijo que había cumplido su ciclo en el equipo, donde fue jugador, manejado y ejecutivo. El negro de Guaymas había permanecido en el equipo, pese a que la Liga Mexicana lo suspendió un año, por el mañoso manejo de cámaras televisivas, por lo que su salida fue sorpresiva.
Es casi seguro que sus dos contrataciones bombas, Trevor Bauer y Robinson Canó no regresen, pues además de motivos pecuarios, sería muy difícil que tuvieran otra campaña tan exitosa.
Pero a ellos comienzan a sumarse la salida de otros peloteros.
El pitcher venezolano Erik Leal firmó contrato de Ligas Menores con los Yanquis, así es que de golpe y porrazo los escarlatas perderán a sus dos principales lanzadores.
Su bastión en el jardín central, Franklin Barreto también recibirá una oportunidad de regresar a la Gran Carpa.
Habrá que ver si se reduce el número de extranjeros para este año, pero sus ausencias serán muy difíciles de llenar para el manager Lorenzo Bundy.
Pero entre los nacionales también podría haber deserciones. Jesús Fabela, quien se la pasó lesionado casi toda la temporada, ha sido acusado de presunta violación y su futuro luce incierto.
Lo bueno para los luciferes es que podrán regresar de Oaxaca a algunos peloteros como Roberto Ramos o Ricardo Valenzuela.
El anuncio de que los Diablos Rojos comenzarán a cotizar en La Bolsa de Valores y la suspensión de la Liga Invernal, debe verse como un síntoma de lo caro que les resultó el campeonato y de la necesidad de recibir una inyección de capital.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.